Medio Ambiente
La octava vida del gato callejero
La asociación Rescat trabaja por dar una vida digna a estos felinos. Sin apenas recursos, les esterilizan, alimentan y curan. «Son los grandes olvidados», afirman desde la entidad
La asociación Rescat trabaja por dar una vida digna a estos felinos. Sin apenas recursos, les esterilizan, alimentan y curan. «Son los grandes olvidados», afirman desde la entidad
Son muchas las asociaciones que buscan defender los derechos de los animales y les ayudan a que puedan tener una vida digna. Sin embargo, no son tantas las que de una forma discreta ayudan a un gran número de animales sin apenas contar con recursos económicos. Este es el caso de Rescat, que como definen sus integrantes, «es una asociación pequeña y grande a la vez», pues no reciben apenas ayudas económicas, solo la otorgada por su distrito, pero realizan grandes acciones por los animales sobre todo en el distrito Nou Barris, en Barcelona.
Los miembros de Rescat reconocen ser muy pequeños en comparación con otras asociaciones de Barcelona, pero aseguran tener «un sentimiento que nos hace grandes y un voluntariado muy entregado para seguir luchando a contracorriente por los gatos de la calle, que son nuestro último fin».
Actualmente, la asociación gestiona más de 20 colonias de gatos en el distrito de Nou Barris, y más de siete colonias en el distrito Sant Andreu, ambos en Barcelona.
Su actividad se basa fundamentalmente en aplicar el programa CER (captura, esterilización y retorno) con el que buscan mejorar la calidad de vida de los gatos ferales. Según comentan desde la asociación «de esta forma su vida no sólo mejora, sino que además evitamos nacimientos no deseados que sólo implican sufrimiento y muerte». Y es que hay que tener en cuenta que una gata sin esterilizar puede parir de tres a cinco gatitos cada tres meses. De toda la camada puede que tan sólo sobreviva uno o ninguno en la calle, debido a las duras condiciones en las que viven y son vulnerables a enfermedades, atropellos, mordeduras de otros animales, falta de alimento, etc. «Una vez retornados a la colonia, los gatos en general se vuelven más mansos con las personas que les cuidan, ya que a partir de entonces sólo tienen que luchar por su superviviencia y no preocuparse por los gatitos que vendrán», explican los integrantes de Rescat.
Pero el trabajo de la organización no se queda ahí. También realizan atención continuada a los gatos con los que trabajan. «Para el cuidado diario de nuestras colonias, facilitamos la alimentación y la asistencia veterinaria a los gatos de nuestras zonas protegidas». Todo ello para conseguir su objetivo a corto plazo: «que estos gatos puedan tener una mejor calidad de vida, conviviendo con nosotros en nuestras ciudades».
Desde Rescat quieren concienciar sobre la tenencia responsable de animales, pues «un gato es una vida, siente y padece, y no puede ser abandonado a su suerte». Si existe una colonia de gatos callejeros es porque algún humano en algún momento dejó a uno o varios de sus miembros allí, y «no es culpa de los animales el haber nacido en la calle e intentar sobrevivir en ella». La asociación quiere concienciar a la población pues considera que «los gatos de la calle son los grandes olvidados y merecen nuestro cuidados y respeto igual que un gato doméstico».
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