Policía
La última imagen de Asunta antes de morir
Caminaba sola cerca de los domicilios de sus padres
Las últimas imágenes de Asunta Basterra, el día 21 de septiembre, horas antes de ser asesinada, han visto la luz. El programa Espejo Público ha mostrado estas secuencias grabadas por la cámara de seguridad de una sucursal bancaria, ubicada entre las calles de Doctor Teixeiro y República de Argentina: lugares en los que se encuentran las casas de Rosario Porto y Alfonso Basterra (padres de Asunta). Rosario y Alfonso declararon que la niña nunca salía sola a la calle, pero a las 17:21 horas, la grabación muestra a Asunta caminando sin compañía por ese lugar. No presenta síntomas de estar drogada y viste el chándal gris con el que fue encontrada muerta horas más tarde. Al parecer, la niña se dirigía desde el hogar paterno (donde comieron aquel día) hasta la calle en la que vive la madre. Asunta camina sola, pero siete minutos después las cámaras también captan a Rosario Porto pasando por el mismo lugar. Esta cámara también grabó a Alfonso alrededor de las nueve de la noche.
La pasada semana, «La Voz de Galicia» publicaba los datos sobre el posicionamiento de los teléfonos móviles de Asunta y sus padres horas antes del crimen. El informe fue realizado por diversos investigadores y reveló que el móvil de Asunta fue conectado dos horas después de su muerte (concretamente a las 21:05 horas), en el domicilio de Rosario Porto. Además, este teléfono también fue utilizado a las 17:38 desde el mismo lugar. La Policía tendrá que investigar las conexiones que realizó el padre, tras encontrar su móvil el pasado 30 de diciembre.
El Programa de Ana Rosa ha asegurado recientemente que el tercer sujeto involucrado en el crimen (el hombre del semen), está a punto de ser desimputado. El informe de localización de su teléfono móvil demostraba que este sujeto colombiano estaba ubicado en un restaurante madrileño a la hora en que el cuerpo de Asunta fue encontrado.
Además, el análisis del ordenador requisado de la casa de Alfonso Basterra, ha mostrado que éste posee cinco huellas humanas: una de ellas pertenece a Asunta. Sin embargo, de las otras cuatro se desconoce su dueño. Mientras tanto, Rosario y Alfonso continúan ingresados en prisión. El juez José Antonio Vázquez Taín les imputa el crimen de su hija. Ellos defienden su inocencia y que la niña fue secuestrada por una tercera persona.
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