Olot
La última víctima del celador de Olot «le tenía pánico extremo»
Los familiares de Paquita Gironés, la última víctima del celador del geriátrico de Olot (Girona) y la que permitió que se descubrieran los 11 asesinatos cometidos en el centro, han dicho hoy en el juicio que se celebra en la Audiencia de Girona que ésta "le tenía pánico extremo"al acusado, Joan Vila.
Estos familiares han declarado también que nunca hubieran pensado que "hubiera monstruos capaces de cometer estas acciones tan macabras".
Los familiares de Paquita Gironès han relatado que la anciana "no quería estar a solas con él, le tenía miedo porque le hacía daño"y han negado que fuera por el hecho de que fuera un hombre, porque tenía muy buena relación con todas las cuidadoras y también con el otro joven que trabajaba en el geriátrico.
La sobrina de la anciana, Maria Dolors C., ha relatado que al llegar al Hospital, cuando la mujer agonizaba la noche del 17 de octubre de 2010, tanto el médico del Sistema de Emergencias Médicas (SEM) como el de urgencias les dijeron: "Esta señora ha tenido que ingerir algún tóxico".
La sobrina pensó que era muy "extraño"y les dijo que no podía ser porque "no caminaba y no se podía mover sola de la cama".
Al verle la mejilla y los labios, hinchados y quemados, ha explicado que le preguntó "¿qué te ha pasado reina mía? y que nunca se le ocurrió decir "¿qué te han hecho?"porque "no pensé que hubiera monstruos capaces de hacer estas acciones tan macabras".
Desde el geriátrico no les supieron dar ninguna explicación de lo sucedido, y al acabar su turno tanto el acusado como otra de las cuidadoras fueron al hospital para interesarse por la salud de la anciana.
Maria Dolors C. ha relatado que el acusado "estuvo dos horas hablando tranquilamente y que explicó que había buscado por la habitación "por si había algún líquido tóxico".
La sobrina de la víctima se ha lamentado, igual que han hecho familiares de otras víctimas, de haberle dado las gracias a Vila: "Le di la mano, por desgracia, es como si le hubiera dado las gracias por haberla matado", ha dicho.
Paquita Gironès contó a las demás cuidadoras y a sus familiares que Vila la había querido ahogar con un cojín, que la había intentado quemar, que la había pinchado y que la quería matar, pero nadie la creyó debido a sus episodios puntuales de demencia senil.
La mayoría de la veintena de familiares de víctimas que han declarado hoy han asegurado que "tenían plena confianza en Vila"y que "nunca sospecharon de él".
Los familiares de Carme Vilanova, a quien mató el 11 de julio del 2010, y que eran vecinos de toda la vida del celador, en Castellfollit de la Roca (Girona), han explicado que fue al tanatorio y que aquel verano cuando veía a la bisnieta de la fallecida les decía: "Hubiera estado contenta Carmen de ver a la niña así de mayor".
También han declarado los hijos de Isidra García, que han dicho que la muerte de su madre, por una sobredosis de insulina, les "sorprendió mucho"porque "no estaba para morir".
El juicio seguirá mañana por la mañana con las declaraciones de más familiares y por la tarde empezarán las periciales con los doctores que certificaron la muerte de los ancianos, entre otros.
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