Ciencias humanas
Las redes sociales nacieron hace 320.000 años
Varios estudios arrojan luz sobre los orígenes de la organización entre humanos. La necesidad de supervivencia fue la que obligó a establecer redes de apoyo e intercambio en la humanidad desde hace miles de años.
Las redes sociales ya existían hace 320.000 años si entendemos como tales las redes de contactos entre individuos que comparten necesidades y preocupaciones y utilizan alguna tecnología para mediar entre ellos. No es Twitter ni Instagram, pero es red y ya surgió en África antes de lo que pensábamos.
Una investigación liderada por la profesora de Antropología de la Universidad George Washington Alison Brooks y en la que han intervenido científicos de todo el mundo ha hallado que los primeros humanos que habitaron el este de África usaban pigmentos y obtenían materiales desde materias primas de fuentes geográficamente distantes hace más de 300.000 años. El grado de sofisticación de estas actividades implica la existencia de redes de trabajo, de círculos de conexiones que intercambiaban servicios. Los restos de materiales manipulados que demuestran esta actividad han aparecido junto a novedosas innovaciones en el uso de la piedra que ocurrieron 120.000 años antes de la fecha en la que están datados los primeros fósiles africanos de nuestra especie.
El hallazgo ha sido publicado en la revista Science, junto a otros dos trabajos de investigación que arrojan luz sobre los cambios ambientales y de comportamiento que condujeron a la aparición de la versión más moderna de los seres humanos. En concreto, el estudio de la Universidad George Washington se basa en el rastreo de los contactos sociales entre grupos separados en el espacio basados en la recolección, el transporte y el procesamiento de materiales como la obsidiana o los pigmentos para pinturas. Se trata de la primera evidencia de la formación de comunidades con interés productivo. La obsidiana es un vidrio de origen volcánico que aparece de manera espontánea en fragmentos muy afilados y con múltiples aristas. Se trataba de un material muy valioso a la hora de realizar herramientas cortantes. En los yacimientos arqueológicos de Olorgesaile, en el Este de Kenya, se han hallado restos abundantes de manipulación de este material junto a pruebas de la utilización de manganeso negro y ocre, minerales utilizados para colorear. Los materiales están organizados en diferentes almacenamientos, lo que sugiere una primitiva organización de los recursos y cierta capacidad de distribución de tareas. Las sociedades más modernas de cazadores y recolectores ya manifestaban esa capacidad de establecer obligaciones y sistemas de ayuda mutua para mantener las necesidades básicas en la producción de herramientas o la búsqueda de alimentos. Pero estos hallazgos demuestran que la división de tareas y el trabajo entre redes de individuos es muy anterior y podría ser una clave para distinguir la evolución de los primeros Homo sapiens de la del resto de especies de homininos.
El trabajo de Brooks aporta más detalles sobre la producción de artefactos humanos en un periodo de tiempo comprendido entre hace 500.000 y hace 290.000 años. La forma y el tamaño de los objetos es, obviamente, diferente en función de su edad, pero hay una característica que llama la atención. Cerca del 42 por 100 de las herramientas más cercanas (de menos de 350.000 años) están fabricadas con obsidianas de las que no existe una fuente natural en la zona. Sin embargo se han hallado numerosos restos de virutas de ese material, en concreto 46.000 pequeñas piezas desperdigadas por la zona. Esto demuestra que la materia prima de obsidiana era transportada en grandes cantidades desde algún lugar lejano hasta este asentamiento donde un grupo de individuos se dedicaba a tratarla.
Además se han encontrado restos de una lámpara de ocre con dos agujeros tallados en ella que representan la muestra más antigua conocida de trabajo avanzado con pigmentos y que probablemente fuera transportada de un asentamiento a otro por su alto valor simbólico.
Otros dos estudios también publicados ayer arrojan luz sobre aquellos primeros pasos de la humanidad moderna. El análisis de sedimentos extraídos de la misma zona en Olorgesaile, muestra que el lugar fue básicamente una planicie de inundación hasta hace 800.000 años cuando empezaron a aparecer ciclos de aridez sucesivos. Los cambios comenzaron a provocar variaciones muy marcadas en la fauna y la flora. La variabilidad de las fuentes de alimento obligó a los humanos a prever futuras fases de escasez y, por lo tanto, establecer redes de apoyo y de intercambio.
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