Locos por lo falso

Ni los Reyes Magos han estado exentos. Y es que, ¿quién nos puede asegurar que las gafas, relojes o bolsos soñados que nos hemos encontrado bajo el árbol no son más que una mera imitación? Porque reconozcámoslo: en España nos lanzamos a por lo falso. Los últimos datos de la Agencia Tributaria, a los que ha tenido acceso LA RAZÓN, así lo atestiguan. En septiembre de 2013, el número total de productos intervenidos y aprehendidos alcanza un total de 1.904.122, lo que supone un crecimiento del 14,8% respecto a esta misma fecha en 2012 (1.658.702). Hay que apuntar que todo el 2012 se cerró con 1.936.543 unidades decomisadas, cifra que posiblemente se vaya a superar en el recuento final del año.

Ni en Francia ni en Alemania ni mucho menos en el norte de Europa se encuentran unas cifras semejantes. Así lo asegura José Antonio Moreno, director general de la Asociación Nacional para la Defensa de la Marca (Andema). «Es algo más propio de los países mediterráneos, donde hay menos sensibilización», asegura. Con todo, la crisis económica también ha jugado un rol fundamental. «Todo el mundo ha visto revertida su economía. Es lógico que vayan a un producto falsificado», añade. Pero en su opinión, el «consumidor responsable, y con el dinero que tiene, ha de hacer la mejor compra posible: acudir a tiendas más pequeñas donde puedan adquirirse productos de calidad».

Los productos más «demandados» se han mantenido inalterables en los dos últimos años. La ropa, el calzado y los complementos suponen el 23% del total y constituyen los productos más buscados. Les siguen las gafas de sol, con un 17,6%. En tercer lugar del «podio» estarían los equipos electrónicos y sus componentes (imitaciones de móviles, aparatos de vídeo y audio), con un 13%. Puede decirse que las empresas fabricantes llevan perdidos en 2013 más de 220 millones de euros, que es el precio que alcanzarían en el mercado los productos reales. Una cifra inferior a la de 2012, en la que fueron 292 millones pese a ser menor el número de unidades aprehendidas. ¿El motivo? Que los falsificadores han optado por «copiar» productos más baratos.

Ahora bien, el producto falsificado que más dinero mueve son los relojes. Hasta septiembre las autoridades se han incautado de un total de 146.146 unidades (un 175% más que en 2012), lo que ha supuesto una pérdida de más de 109 millones para las grandes marcas.

Según los estudios realizados por Andema, los españoles nos «dejamos» en falsificaciones al menos 991 millones de euros, a pesar de que sólo el 12% reconoce que adquiere este tipo de productos. De hecho, una sola banda logró acumular en un año 6,4 millones, cifra a la que difícilmente puede aspirar una lujosa tienda del madrileño barrio de Salamanca. En parte, según Andema, estas cantidades se deben a que la gente ignora lo que hay detrás del «top manta»: redes criminales, «trabajadores» que malviven en casas patera en régimen de semiclandestinidad, negocios paralelos de drogas y prostitución, extorsiones... «Son holdings del delito», afirma Moreno. Entre un 65% y un 68% de los productos parten de China y Hong-Kong, aunque los «importadores» suelen recurrir a tránsitos con terceros países como Bahrein o Emiratos Árabes. Una fórmula para levantar menos sospechas en las aduanas y «borrar el trazado del origen de esos productos».

Para las marcas, el Código Penal merece cuestión aparte. Andema critica el artículo 274.2, que cifra penas de 6 meses a 2 años para los falsificadores. Sin embargo, si el titular de la marca no demuestra que el beneficio obtenido por el infractor es superior a 400 euros, el delito se queda en falta y, por tanto, en una mera sanción económica. De ahí que continúen con «un negocio lucrativo y de riesgo mínimo».

La mayor redada en cinco años

Hay que apuntar que el pasado junio se produjo el mayor golpe contra el contrabando de productos falsificados de los últimos cinco años. En la «operación Tazas» se aprehendieron unos 206.000 artículos valorados en casi 92 millones de euros, lo que supone el 41% de la cantidad total incautada hasta este septiembre.