Historia

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Los entresijos del dinero regio

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Tanto los reyes como los infantes han recibido del Estado una asignación anual para sus necesidades y las de su familia. Exactamente igual que sucede hoy con el rey Felipe VI, la reina Letizia, la princesa de Asturias Leonor y su hermana la infanta Sofía. A finales del siglo XVIII, la asignación anual de los infantes era de 150.000 ducados y de solo 50.000 la de las infantas. En abril de 1814, cuatro meses después de ser repuesto en el trono por Bonaparte mediante el Tratado de Valençay, Fernando VII obtiene gracias a las Cortes una cantidad anual de 40 millones de reales, además de las fijadas para los infantes. A principios del reinado de su hija Isabel II se divide en dos la misma cantidad, quedando 28 millones de reales para la reina menor de edad, y los 12 millones restantes para su madre, la Reina gobernadora María Cristina de Borbón. En los Presupuestos del Estado de 1845 se eleva la asignación de Isabel II a 34 millones de reales anuales, cantidad que se mantiene inalterable (salvo en los Presupuestos de 1855 y 1856, que rebajan la cifra a 28 millones de reales) hasta 1868, cuando la reina es destronada. La infanta Luisa Fernanda, hermana menor de Isabel II, disfruta desde 1845 y hasta que nace su sobrina, la infanta Isabel, de una asignación de 2,45 millones de reales en su calidad de inmediata heredera. La dotación de 2,45 millones de reales se transmite luego a la infanta Isabel hasta el nacimiento del príncipe de Asturias, a quien pasa a su vez antes de reinar como Alfonso XII, reduciéndose a un millón de reales en 1855 y 1856. Además de las asignaciones al monarca y a su inmediato sucesor, y de las señaladas para los infantes, hay otras especiales. Carlos IV y María Luisa, por ejemplo, suscriben en 1814 un convenio con su hijo Fernando VII por el que éste les promete ocho millones de reales al año. Para el hermano menor de Fernando VII, el infante Francisco de Paula, su esposa y sus siete hijos, el Gobierno propone en 1834 a las Cortes una asignación de 5,7 millones de reales anuales. Pero las Cortes no conceden más que 3,5 millones de reales al infante y a su familia, cantidad que siguen percibiendo tras fallecer Luisa Carlota. Luego, las Cortes Constituyentes rebajan esa suma a 1,5 millones, y disponen que de esa cantidad se entreguen 120.000 reales a cada uno de los siete hijos. En 1857 la cifra vuelve a ser de 3,5 millones reales. A la reina María Cristina, tras abandonar la Regencia del Reino, la Ley de Presupuestos de 1841 le asigna 3.011.764 reales como pensión anual de viudedad, según las capitulaciones matrimoniales; y en 1845 se le señalan 3 millones de reales como gratitud nacional. Para el rey consorte, Agustín Muñoz, con quien María Cristina contrae segundas nupcias tras la muerte de su primer esposo, Fernando VII, los Presupuestos del Estado incluyen hasta 1868 una partida anual de 2,4 millones de reales, que en los años 1855 y 1856 se rebaja a un millón. Finalmente, en 1861 Isabel II percibe la más alta asignación del Estado en todo el siglo XIX: 12.837.500 pesetas. ¿Puede entonces considerarse excesivo el dinero que la Casa Real obtiene de las arcas públicas? Para responder a esta cuestión nada mejor que comparar la asignación de la Casa Real española con la de otras casas homólogas de Europa en la misma época. La reina Victoria de Inglaterra, por ejemplo, tiene una lista civil, sin incluir las pensiones ni una partida de 10.000 libras esterlinas de fondos secretos, de 380.000 libras anuales, equivalentes a 38 millones de reales. Además, los ducados de Lancaster y de Cournouailles perciben unas rentas anuales de unos seis millones de reales. La pensión de la reina viuda, la princesa Adelaida, es de 100.000 libras esterlinas, equivalentes a 10 millones de reales. La pensión de la duquesa de Kent, madre de la reina, asciende a 30.000 libras esterlinas, es decir, a tres millones de reales. Pero podemos referirnos también a los príncipes de la Familia Real británica para apreciar que las cantidades percibidas del Estado son muy superiores a las de sus homólogos españoles de la dinastía borbónica. El duque de Cumberland, rey de Hannover, tiene asignadas 21.000 libras esterlinas, la misma cantidad que reciben los duques de Sussex y de Cambridge.