Comunidad de Madrid

Los expertos no descartan el suicidio «cuando caiga en el olvido de todos»

La Razón
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José Bretón ingresó en el Centro Penitenciario de Alcolea (Córdoba) el 21 de octubre de 2011 y desde entonces Instituciones Penitenciarias ha tenido activado el protocolo de prevención de suicidios, lo que significa que cuenta con el acompañamiento continuo de un preso, que le vigila y se turna con otros. Además dispone de algunas medidas de protección del resto de reclusos. Después de conocerse su veredicto de culpabilidad, ¿podría correr un riesgo mayor de intentar quitarse la vida?

«En este momento no existe. Él ya sabía que le iban a condenar, estaba convencido de ello y ahora la estrategia de su abogado, José María Sánchez de Puerta, es llevar su caso ante el Supremo, que le estará animando y diciendo que todavía no se puede dar todo por perdido y que hay lugar para la esperanza», explica el psiquiatra José Miguel Gaona. «Es posible que, aunque haya matado a sus dos hijos, no sufra por ello pero cuando conecte con esa realidad y reviva lo que ha ocurrido, quizás en ese momento acabe suicidándose».

Tampoco descarta que pueda llegar a producirse esa situación en el futuro el psiquiatra José Cabrera. Después de que haya sentencia «irá viviendo esos días hasta que deje de ser noticia y ahora, ante los años de soledad que le restan, apenas tendría una salida digna y probable: el suicidio». Aunque también cabe otra posibilidad, «la de aferrarse a la idea enfermiza de que todo es culpa de su ex mujer, y en esa cerrazón, alimentada por el odio y la nada, malviva lo que le queda de prisión, eso si antes las leyes no escritas de esa prisión no le aplican su propio código».

De una opinión similar es el catedrático de psiquiatría José Luis Carrasco. «Si pudiera explotar toda la 'gloria' que ha vivido estos días lo haría, pero si cae en el olvido y no se habla de él es posible que pueda suicidarse. En algún momento, si está solo y no recibe atención, si volviera a contactar con lo miserable que ha sido, es posible que acabara con su vida», añade.

Para el psicólogo y ex Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid, Javier Urra, «José Bretón entrará en la criminalística como un caso único, sin duda, por la insensibilidad, la incapacidad de mostrar sus sentimientos y la distancia que ha mostrado durante todo el proceso», declaró a Onda Cero. «Bretón es un hombre psicopático, insensible, que ha hecho lo que quería hacer, pero no le ha terminado de salir bien porque primero no quería dejar restos para no ir a la cárcel, pero también para que la madre de Ruth y José tuviera siempre que arrastrarse a preguntarle dónde están los niños».

El ex Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid cree, en definitiva, que «no existe tratamiento para José Bretón. Es una persona perversa que sabía lo que quería hacer, por eso no puede ser considerado como un enfermo mental y tener ningún eximente o un atenuante. Él compró el gasóleo, él llevó la leña y él esquivó la cámara en el parque para evitar ser reconocido. Nunca llegará a arrepentirse y llegaría a hacerlo si lo considera necesario».