Lotería de Navidad
Veinticuatro horas de cola para ver en directo como cantan el Gordo
El Teatro Real acoge El Sorteo Extraordinario de Navidad, en el que aficionados, curiosos y personajes de lo más variopinto ataviados con disfraces hacen cola desde la madrugada.
El Teatro Real acoge El Sorteo Extraordinario de Navidad, en el que aficionados, curiosos y personajes de lo más variopinto ataviados con disfraces hacen cola desde la madrugada.
Alrededor de trescientas personas hacen cola a las puertas del Teatro Real para ver cantar en directo el Gordo de la Lotería de Navidad desde el Teatro Real de Madrid, algunas de ellas aguantando casi veinticuatro horas sin dormir a pesar del intenso frío.
Es el caso del "Camaleón Cañizares", un madrileño que lleva ya 28 años acudiendo cada 22 de diciembre a este sorteo con la ilusión de que su número sea agraciado, a pesar de que este año juega con el 00007, una cifra que no es demasiado atractiva para los compradores.
Le acompaña un cántabro disfrazado de Papa con la idea de "bendecir las bolas"y dar suerte a su décimo, con el que espera ayudar a una asociación benéfica si sale premiado.
No son los únicos disfrazados: guardias civiles, avispas, jugadores de fútbol o gente vestida con décimos y coronas en la cabeza integran esta cola peculiar que cada año se forma antes de este sorteo que da el pistoletazo de salida a las fiestas navideñas.
Todos ellos con la ilusión de ser agraciados y, sobre todo, de ser protagonistas directos de un día especial en el que muchos españoles han puesto sus esperanzas de sacar un pellizco.
Para Clara Isabel y sus amigas es su primera vez. Disfrazadas de avispas, "con la intención de picar"alguno de los ocho décimos que comparten, no les ha importado pasar frío porque han hecho "muchos amigos"y "con el ambiente y la ilusión todo se pasa".
Desde Málaga llegó anoche a Madrid Álvaro, un joven que ya lleva cuatro años asistiendo en directo al sorteo y que en esta ocasión ha elegido un disfraz de Guardia Civil.
A su lado, Rafael, un antiguo legionario vestido con su uniforme; ha venido desde Barcelona con 37 décimos en el bolsillo y, aunque este es su segundo año, no piensa repetir porque "lo poquito gusta y lo mucho cansa".
Todos ellos esperan poder acceder al patio de butacas, aunque seguramente hay uno al que no dejarán entrar: el maniquí de Luis, un ciudadano de Aranjuez, que ha querido mostrar su pasión por el fútbol vestidos ambos con la equipación del Real Madrid.
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