Solidaridad
María Entrecanales: «Trabajar en acción social en España no es fácil»
Cree que la crisis ha despertado la solidaridad, pero es necesaria una mayor concienciación para que los ciudadanos se impliquen más. Prepara la subasta solidaria de fotografía más importante de España
Cree que la crisis ha despertado la solidaridad, pero es necesaria una mayor concienciación para que los ciudadanos se impliquen más. Prepara la subasta solidaria de fotografía más importante de España.
No hay que irse muy lejos para encontrar situaciones de necesidad, insiste María Entrecanales, fundadora de la Fundación Balia hace 16 años. Pero «vivimos metidos en nosotros mismos» inmersos en un frenético ritmo de vida que «no nos permite mirar hacia los lados». Ella reconoce que presidir esta Fundación que lucha contra la pobreza infantil en España a través de la educación «me ha generado mucha satisfacción y ha dejado un profundo poso a nivel personal». Por eso anima a la gente a que se vincule a proyectos de acción social porque «te hace sentirte bien».
Hace un año que dejó la presidencia ejecutiva en favor de Ignacio Ojanguren para pasar a ocupar la presidencia de honor. «Después de 16 años en el cargo, creo que estos puestos tienen que rotar, tiene que venir gente con nuevos impulsos», dice.
–Vd. es abogada, empresaria polifacética, consejera de diferentes entidades, madre de cuatro hijos, presidenta de la Fundación Balia... Es Vd. una «superwoman»...
–En realidad no me considero así. Soy una mujer muy normal que ha tenido la gran suerte de hacer lo que me gusta y contar con los apoyos necesarios. Es cierto que he atendido muchos frentes, pero creo que eso es muy propio de las mujeres, que somos capaces de liderar cosas muy dispares.
–¿Cuándo y por qué decidió implicarse tanto con los menores en riesgo de exclusión?
–Hace 16 años. En ese momento trabajaba en un despacho de abogados, tenía hijos muy pequeños y entonces conocí a dos personas que venían del campo educativo y que, al igual que yo, buscaban un nuevo horizonte en el ámbito de lo social. La combinación de mi perfil empresarial con el suyo educativo resultó muy útil. Entonces pensamos en dedicarnos a niños y jóvenes porque cualquier transformación se aborda mejor desde edades tempranas.
– ¿Hay algún caso que le haya marcado durante todo el tiempo al frente de la fundación?
–En Balia te encuentras a muchos niños y jóvenes vulnerables a los que les damos herramientas educativas y emocionales para que rompan con esa pobreza. Te encuentras casos de éxito y otros que no. Hay que ser realistas. Pero lo cierto es que hemos tenido muchos casos de chicos que tenían todas las papeletas para poder estar en la frontera de la violencia o de la no inserción en la sociedad y que ahora están cursando una carrera universitaria o la FP. Ayer me contactó un joven cuyos padres tenían una vida muy difícil y ahora veo que es actor. Cuando has padecido muchas dificultades y esas vivencias las encauzas bien, al final encuentras más ímpetu para hacer las cosas. Balia saca lo mejor de ellos mismos.
– Por su experiencia, ¿cree que la crisis ha despertado un mayor sentimiento de solidaridad?
–Llevo muchos años en temas de solidaridad y acción social y creo que los españoles somos muy buenos en emergencias, en catástrofes, en acciones de hambruna... y no lo somos tanto en proyectos de larga duración, como puede ser la investigación o la educación. Hay muchos que los tenemos al lado, pero no les prestamos atención. Balia es un proyecto tangible, que está aquí cerca, pero hay mucha gente que prefiere irse fuera. La crisis ha despertado la solidaridad pero trabajar en acción social en España no es fácil. Hay mucho camino por recorrer.
–¿Qué es exactamente lo que queda por andar?
–Hay que concienciar más en colegios y universidades para intentar que los ciudadanos nos impliquemos en estos temas.
–¿Puede ser que estemos más insensibilizados o que la gente no tiene tiempo de implicarse tanto por el ritmo de vida en el que estamos sumergidos?
–Es un poco todo. Esa rapidez te lleva a la no reflexión, a la no empatía y a no mirar al de al lado, que puede que tenga una situación difícil, pero no la ves porque ya tienes bastante con lo tuyo. Ese es el gran problema, que vivimos en un mundo incomunicado. Estamos en la era de las redes sociales; nos llega información de todas partes, pero la comunicación del alma, la de verdad, la veo muy quebrantada.
–Balia celebrará el próximo 9 de octubre en el Museo Thyssen-Bornemisza la subasta solidaria fotográfica más importante de España. ¿Cuánto tiempo y esfuerzo requiere la preparación de una iniciativa de estas características?
–Un año de muchísimo trabajo. Hacemos pocos eventos, pero los que organizamos nos gusta prepararlos muy bien. La subasta la hacemos cada dos años. Animo a la gente a que vaya. Son obras bellísimas de artistas de reconocido prestigio que se adquieren a precio por debajo de mercado. De paso tienes la posibilidad de contribuir a una causa.
–¿A cuántos menores y jóvenes en riesgo de exclusión ha ayudado Balia a alcanzar el éxito escolar e integrarse en la sociedad?
–Solo el año pasado atendimos a 4.874 personas, de las cuales 2.200 son menores. Empezamos en 2001 con 30 niños y cuatro o cinco empleados y ahora tenemos más de cien empleados y más de 300 voluntarios.
– Tratan de potenciar la educación en valores. ¿Cuáles considera que habría que fomentar en la sociedad actual?
–Fomentamos el respeto mutuo y a lo diverso. Necesitamos escuchar más e intentamos trabajar la adaptación y la flexibilidad para que, ante un mundo tan cambiante, estos niños sean capaces de adaptarse.
–¿Qué nuevos proyectos tiene previsto poner en marcha la fundación?
–Abrir nuestra intervención más en Sevilla y Guadalajara. Nuestro objetivo es crecer más, pero con prudencia y persistir en lo que nos gusta hacer.
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