Contaminación ambiental

Algas para capturar CO2

Algas para capturar CO2
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El calentamiento global está provocado por la emisión de gases de efecto invernadero. El CO2 supone el 72 % del total de emisiones de este tipo de gases, muy por encima del metano (18 %) y el óxido nitroso (9%).

De estos porcentajes se extrae que las emisiones del primero son la causa dominante del calentamiento global. El CO2 se genera por la quema de combustibles fósiles como el petróleo, el gas natural, el fuelóleo, el fuelóleo orgánico, la gasolina, la gasolina orgánica y el etanol. Ahora se ha descubierto que determinadas algas, además de constituir una fuente alternativa de bioenergía ideal, también pueden capturar CO2, informa la agencia de la UE Cordis.

Por ello, se consideran la solución más prometedora para la producción de biocombustibles y la captura industrial de CO2. La capacidad de estos microorganismos fotosintéticos para convertir el dióxido de carbono en lípidos con alto contenido de carbono (a un estadio o dos de aprovecharse en forma de biodiésel) es muy superior a la de los cultivos oleaginosos y además no ocupan terrenos que de otra manera se destinarían al cultivo de alimentos.

El potencial de las microalgas ha sido objeto de estudio en varios programas europeos dedicados a reducir las emisiones de CO2 y otros gases. La cantidad de iniciativas europeas y del resto del mundo dedicadas a este ámbito ha aumentado sin cesar desde la firma en 1992 de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC).

Hasta ahora se han desarrollado distintos métodos industriales para producir microalgas y aprovechar su potencial, pero la mayoría de ellos no poseen viabilidad económica, sobre todo a gran escala.

Las limitaciones encontradas incluyen una productividad inadecuada, el coste excesivo de las instalaciones, una huella ecológica elevada (por superficie ocupada), la elevada demanda de agua y la necesidad de contar con usuarios con un gran nivel de formación. El proyecto financiado con fondos europeos ALGADISK se creó para dar solución a estos retos mediante una unidad de producción ampliable capaz de generar productos y biomasa de alta calidad a partir de algas y al mismo tiempo reducir las emisiones de CO2.

Los procesos propuestos por ALGADISK se basan en tecnología de biopelículas en un reactor de disco rotatorio similar a los reactores de rotación utilizados en otros campos de la industria relacionada con la biología.

Este sistema permite cultivar algas en distintas superficies biocompatibles y capturar CO2 directamente en la fase gaseosa o en la fase líquida tras el burbujeo. El método ideado aumenta enormemente la eficiencia del proceso y reduce la cantidad de agua necesaria.

Además es posible añadir un sistema automático de cosecha continua. Su ampliación resulta sencilla y la huella generada sería considerablemente menor a la que presenta en la actualidad.

El proyecto está llamado a abastecer la demanda de unidades de producción pequeñas que deseen comercializar productos de biomasa a partir de algas pero que se encuentran con obstáculos para acceder a la tecnología necesaria.