Estados Unidos
Ampliar el uso de las bombillas de alto consumo saldrá caro
Mantener hasta 2018 el uso de las bombillas menos eficientes en la UE supondrá más gasto para los ciudadanos y menos ahorro energético que si a partir de 2016 sólo se venden LEDs, según un informe de la Agencia Danesa de la Energía, informa la agencia Efe.
El documento, al que ha tenido acceso EFE, compara el escenario actual, en el que está previsto que la venta de bombillas de un etiquetado energético por debajo de B finalice en septiembre de 2016, y el aplazamiento en dos años en esa prohibición como solicita la industria de la iluminación.
La UE ha pedido a sus países miembros que el 17 de abril se pronuncien a favor o en contra de extender el uso de las bombillas menos eficientes más allá de 2016.
El informe de la citada agencia de Dinamarca, uno de los países europeos más ambiciosos en materia de lucha contra el cambio climático y eficiencia energética, concluye que si la prohibición de vender bombillas poco eficientes comienza en 2016 el ahorro eléctrico sería de 79 teravatios-hora (TWh)y supondría 15,8 billones de euros para el conjunto de la UE en los próximos 10 años.
Si por el contrario se extiende el uso de halógenos hasta septiembre de 2018, ese ahorro energético y económico «se puede reducir a la mitad», advierte.
Los consumidores «pagarían más» si se retrasa la prohibición de bombillas menos eficientes, en tanto que estas consumen más electricidad que la tecnología LED.
Cita como ejemplo que por cada halógeno que un ciudadano sustituye por una LED ahorra más de 100 euros durante los aproximadamente 16 años que puede tener de vida útil ese tipo de bombillas.
El estudio, que ha testado bombillas de las 19 principales marcas que se comercializan en la UE, sostiene que «las de bajo consumo están preparadas, tanto desde el punto de vista del precio como de la tecnología, para sustituir a las ineficientes en 2016».
Determina «que no hay necesidad real de retrasar la prohibición» de las luminarias menos eficientes porque «la tecnología y la bajada de precios» va por delante de las previsiones que la UE tenía en 2013, cuando planteo esta prohibición.
Y es que detecta que «ya están disponibles en el mercado algunos tipos de bombillas LEDs que la Unión Europea pensaba que no estarían en las tiendas hasta 2025», y los precios, en el caso de algunas de las marcas analizadas, se han reducido a la mitad tan sólo en el transcurso del año en el que se ha llevado la elaboración de este estudio.
Así, el 68% de las LEDs analizadas cuestan hoy menos que la proyección que la UE tenía en 2013.
Pone de manifiesto también que la UE es líder en tecnología LED, muy por delante de Estados Unidos y Japón.
¿Qué lleva entonces a las instituciones europeas a plantarse esta extensión de plazo? La respuesta, según la directora de Cambio Climático y Energía de la Fundación Ecología y Desarrollo (Ecodes) Cecilia Foronda, está «en las presiones de la industria de la iluminación».
«Quieren que la votación europea sea favorable a la extensión del plazo para que sean las propias empresas las que graduen el mercado para dar salida a las reservas de halógenos que aún tienen».
Ecodes busca el apoyo del Gobierno español para que «se ponga de parte del clima», y «su voto sea en contra del retraso de la prohibición, para conseguir que las facturas de energía de los hogares españoles dejen de estar entre las más altas de Europa», ha explicado Foronda.
A su juicio, «un voto en contra del aplazamiento vaciaría las estanterías de las tiendas de bombillas ineficientes dando paso a los LEDs, capaces de proporcionar luz con todas las características técnicas que los consumidores quieren, pero con un consumo de energía mucho menor, lo que redundaría en una reducción de sus facturas eléctricas y en menos emisiones».
EFE se ha puesto en contacto con el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) para conocer la posición de España respecto a esta votación, pero al término de esta información no ha habido respuesta.
Efe
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