Construcción
El Gobierno reduce la distancia mínima entre chiringuitos en playas urbanas
Los establecimientos de comida y bebida en las playas naturales sólo podrán ser desmontables y temporales. Los baños en los establecimientos serán públicos y gratuitos. El sector, contento
Los establecimientos de comida y bebida en las playas naturales sólo podrán ser desmontables y temporales
El Reglamento de la Ley de Costas que será aprobado justo antes de verano permitirá la instalación de chiringuitos desmontables en playas naturales. Además de ser temporales (antes, con la Ley de Costas 1988 también podían ser permanentes al no estar especificado, según el Ministerio de Agricultura), tendrán que acotarse a determinados criterios, como ocupar un máximo de 20 metros cuadrados. Un tamaño al que hay que sumar otros 50 metros cuadrados más de zona de terraza (sillas y sombrillas). Además, los chiringuitos sólo podrán ocupar un máximo del 10 por ciento de la playa natural, tal y como avanzó ayer Pablo Saavedra, director general de Sostenibilidad de la Costa del Ministerio de Agricultura.
El reglamento, abierto a consulta pública, también concreta las distancias entre chiringuitos. En el caso de los establecimientos ubicados en playas naturales, "la separación aumenta de 200 a 300 metros, mientras que en playas urbanas disminuye de 200 metros a 150 metros", precisó Saavedra. Además, podrán ocupar hasta 300 metros cuadrados. En concreto, antes eran 100 metros fijos más 50 cerrables y ahora son 150 metros cuadrados, más 50 de terraza cerrada. A esta superficie se podrá añadir otros 70 metros cuadrados de ocupación abierta y desmontable más una zona de aseo, que no podrá superar los 30 metros cuadrados, siempre que ésta sea de uso público y gratuito.
Es decir, podrá haber más chiringuitos y de mayor tamaño en playas urbanas con menos valores a conservar y menos en playas naturales al eliminar los permanentes. Por todo ello, y a pesar de no haber datos oficiales sobre cuántos establecimientos permanentes hay en las playas naturales, para Saavedra esta regulación permitirá que, en general, "vaya a haber menos chiringuitos y los que estén estarán regularizados". Algo clave, ya que en la actualidad "existen más de 3.000 chiringuitos de los que 1.500 eran instalaciones fijas y de ellos poco más de 300 estaban regularizados y con el tamaño acorde mandaba la ley", precisó. En cambio para el sector, la realidad es otra bien distinta. "El número de chiringuitos no va a disminuir en absoluto, sí, en cambio, las dimensiones de los mismos, ya que en la actualidad los hay de mayor tamaño", afirmó a este periódico Manuel Villafaina, presidente de la Asociación de Empresarios de Playas de la Costa del Sol.
El sector "está contento dentro de lo que cabe", manifestó Villafaina, que aseguró que muchos de los chiringuitos instalados hoy en zonas naturales ya son temporales, sobre todo en zonas de dunas móviles". Varios son los motivos de la buena acogida del reglamento por parte del sector. El principal que podrán continuar con su actividad durante un periodo extenso. Y es que los propietarios de este tipo de establecimientos pueden estar tranquilos, ya que los de playas urbanas tendrán una concesión de 30 años, un plazo que podrá aumentar en seis años si los convierten en sostenibles. En el caso de los naturales, tendrán que desmontarlo cada año, pero su licencia de actividad será de cuatro años.
Con más de 250 disposiciones, el reglamente prohíbe a su vez nuevas edificaciones en la costa, tanto en zonas de Dominio Público como en la franja de servidumbre. Y se establece por primera vez la posibilidad de que se puedan realizar obras de mejora (en viviendas como la mejora de eficiencia energética o una mano de pintura, por ejemplo) siempre que éstas no conlleven un aumento de tamaño, superficie y volumen.
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