Ciencias humanas
El hombre pone fronteras a los animales
El ser humano es el responsable de una notable limitación en sus movimientos, según un estudio realizado con GPS
Los seres humanos cambian paisajes enteros: construyen ciudades y carreteras, cultivan tierras y explotan los recursos naturales. Ahora, utilizando datos de ubicación GPS de más de 800 animales, un equipo de investigadores ha podido demostrar los efectos que tiene esto en los animales y sus hábitats: una reducción en los movimientos de los animales en áreas con una gran huella humana.
Los científicos detectaron que los movimientos de los mamíferos en áreas con una gran huella humana son, en promedio, de la mitad a un tercio del alcance de sus movimientos en áreas con una baja huella humana. El estudio, que se publica este viernes en ‘Science’, fue realizado por biólogos de la ‘Senckenberg Nature Research Society’ y la ‘Goethe University Frankfurt’, en colaboración con la Universidad de Konstanz y el Instituto Max Planck de Ornitología en Radolfzell, todas ellas instituciones alemanas, informa Europa Press.
«Cuanto más cerca de los seres humanos y su infraestructura, menores son los hábitats utilizados por diversos tipos de animales», resume el profesor Martin Wikelski, director del Instituto Max Planck de Ornitología en Radolfzell y profesor honorario en la Universidad de Konstanz. Esta reducción en los movimientos de los animales puede tener consecuencias importantes para los ecosistemas, por ejemplo, una reducción en la dispersión de semillas, cambios en las cadenas alimentarias y la disminución del número de animales.
Martin Wikelski y sus colegas han identificado varias causas fundamentales de este desarrollo: la infraestructura humana perturba y fragmenta los hábitats de los animales salvajes, lo que limita sus movimientos. Los biólogos creen que animales como ciervos o jabalíes se retiran cada vez más a áreas relativamente pequeñas de bosques rodeados de infraestructura humana.
«Las especies como las cebras, que cubren grandes distancias en la naturaleza, ya no pueden existir en las proximidades de los humanos. Las restricciones espaciales y la fragmentación de sus hábitats llevan a una disminución en los números de los animales», explica el doctor Kamran Safi, biólogo que trabaja en el Instituto Max Planck de Ornitología.
Una segunda razón de esta situación puede tener que ver con los cambios en el comportamiento de los animales causados por la presencia de humanos. Los animales como los zorros urbanos son más propensos a encontrar alimento cuando se alimentan en áreas dominadas por humanos, lo que significa que las distancias que necesitan cubrir son mucho más pequeñas que en la naturaleza.
Las sesiones de caza humanas, igual que actividades de ocio como correr, afectan profundamente al comportamiento de los animales: los resultados de la investigación muestran que los jabalíes y otras especies ajustan sus tiempos de actividad y sus territorios para evadir a los humanos. También hay evidencia que sugiere que los animales, como el urogallo, evitan las áreas que incluyen remontes mecánicos, funiculares y deportes alpinos en su totalidad.
Para su estudio, los investigadores utilizaron los datos de localización recolectados de más de 800 mamíferos terrestres no voladores de 57 especies que fueron equipados con transmisores GPS. Luego, compararon los datos del GPS con el ‘Índice de Huella Humana’ --que mide la influencia del hombre en los paisajes-- para las áreas por las que pasaron los animales.
Esta comparación global y entre especies fue posible gracias a ‘Movebank’, una base de datos mundial de movimientos de animales. ‘Movebank’ fue creado por biólogos que trabajan con Martin Wikelski para rastrear los patrones de movimiento de los animales en todo el mundo. La base de datos es de uso gratuito y permite a los científicos compartir y comparar datos sobre movimientos de animales, por ejemplo, para hacer inferencias sobre la evolución de los ecosistemas del planeta.
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