Cambios climáticos
Jorge Olcina: «Incluso si funcionase seguiría habiendo contaminación»
Catedrático de Geografía dxe la Universidad de Alicante
–Se lleva hablando del enfriamiento del clima con aerosoles muchos años. El proyecto «Spice» fue muy controvertido. ¿Cuál es su opinión sobre estos experimentos?
–Cuando hay una gran erupción volcánica, como sucedió con el Krakatoa, se emite dióxido de azufre que crea una especie de velo volcánico que dificulta la entrada de radiación solar. Lo que se plantea es hacer erupciones volcánicas pero de forma artificial a través de medios aéreos para esparcir dióxido de azufre en alta atmósfera. Es muy controvertido, porque en contacto con el agua este gas se convierte en ácido sulfúrico, que puede ser contaminante, provocar lluvias ácidas... Puede ser peor el remedio que la enfermedad. Como especialista, soy bastante contrario, al igual que respecto a la lluvia artificial.
–El proyecto «Spice» no llegó a materializarse, ¿verdad?
–No, hay mucho mito, hay quien piensa que se ven estelas en el cielo y que eso es por este tipo de experimentos, pero no hay constatación real.
–Las voces más críticas inciden en que se están destinando recursos a experimentos que no se sabe si solucionarán el problema en vez de destinarlos a tecnologías, como las renovables, que ayudan a no seguir calentando el clima.
–Claro. El proceso más lógico y normal es reducir los gases de efecto invernadero. Si remáramos todos los países hacia la misma dirección, en unas décadas se podría empezar a notar una disminución de la temperatura terrestre. Como ahora tenemos estos vaivenes, entramos en una época de incertidumbre en la que se intentan buscar soluciones por la vía rápida, pero que tienen efectos ambientales que pueden ser más perjudiciales que los beneficios que pretender conseguir.
–¿El enfriamiento artificial del clima en una zona puede afectar al clima de otra región?
–Sí, un enfriamiento en una latitud polar podemos tenerlo a las pocas semanas en latitudes templadas. El aire se mueve, los procesos de reajustes de masas de aire se producen constantemente, de modo que aunque hagamos un experimento en una parte del planeta se va a transferir al conjunto de la masa atmosférica. Es como pasa con El Niño, que tiene efectos en nuestras latitudes.
–¿La presidencia de Donald Trump tiene que ver con que se haya dado luz verde a este experimento?
–Claro, en definitiva, lo que hay es una presión muy importante de las empresas automovilíticas y petroleras de EE UU, que no veían con buenos ojos tener que cumplir el Acuerdo de París.
–Imagínese que funciona, ¿se solucionaría el problema de fondo?
–Seguiríamos teniendo un grave problema de contaminación de la atmósfera. Lo puedes enfriar pero sigues manteniendo la contaminación.
–Respecto a la lluvia artificial, un estudio de la Universidad de Tel Aviv echó por tierra estos experimentos. ¿Qué países siguen confiando en ella?
–Los países del Golfo Pérsico están sembrando partículas de yoduro de plata. Así provocas momentáneamente en un espacio una condensación masiva que puede tener efectos en otra parte del planeta. La Organización Meteorológica Mundial (OMM) debería tomar cartas en el asunto y regularlos, reglamentarlos o prohibirlos.
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