Medio Ambiente
Las aguas residuales centran el debate
El tratamiento de las aguas negras y su posterior reutilización supone una mejora de la calidad hídrica, así como también una reducción de la contaminación medioambiental
El tratamiento de las aguas negras y su posterior reutilización supone una mejora de la calidad hídrica, así como también una reducción de la contaminación medioambiental
En torno a 663 millones de personas viven a día de hoy sin un suministro de agua segura en los alrededores de su casa, lo que supone un gran impacto para su salud debido al consumo y uso de agua contaminada. De hecho, 1.800 millones de personas usan una fuente de agua potable contaminada con heces, de manera que se exponen a un alto riesgo de contraer enfermedades tales como el cólera o la fiebre tifoidea, siendo ésta la causa de 842.000 muertes al año. Además, cerca del 80% de las aguas residuales vuelven a fluir hacia el ecosistema sin ser reutilizadas o incluso tratadas previamente.
Es en este contexto que hoy se celebra el Día Mundial del Agua bajo el lema «Aguas residuales, ¿por qué desperdiciar agua?», el cual hace referencia directa al objetivo 6.3 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, el cual aboga por «mejorar la calidad del agua, reducir la contaminación, eliminar los vertidos y minimizar la liberación de productos químicos y materiales peligrosos, reducir a la mitad el porcentaje de aguas residuales no tratadas y aumentar el reciclaje y la reutilización segura del agua».
Más beneficio que coste
El agua residual puede convertirse en un útil recurso en la economía circular y su buena gestión es una garantía de salud para la población y los ecosistemas del entorno. Y es que si en la actualidad el 50% de la población mundial vive en ciudades, se espera que de cara al 2050 ese porcentaje haya alcanzado el 70%. Además, en apenas trece años, la demanda mundial de agua está previsto que crezca un 50%, sobre todo en zonas urbanas Por ello, y pese a que a día de hoy, en gran parte de las ciudades desarrolladas existen formas eficientes de gestionar ese agua residual y de aprovecharla para nuevos usos con un coste de tratamiento muy inferior a los beneficios que ello supone, es importante trabajar en el tratamiento de esas aguas residuales, con un potencial uso en la industria, que en los próximo 10 o 20 años se espera que se multiplique por cinco en los países en desarrollo, así como en la agricultura, sector en el que el tratamiento de las aguas residuales supondría una aumento de la seguridad alimentaria y la generación de nuevas fuentes de agua.
En cualquier caso, el eficaz tratamiento y posible reutilización de las aguas residuales no sólo conlleva mejoras y beneficios en lo que respecta a la calidad del agua, la reducción de la contaminación y el aprovechamiento de este recurso, sino que también contribuye a alcanzar otras metas marcadas por los Objetivos de Desarrollo Sostenible como la que hace referencia a la seguridad del agua y el saneamiento; la relativa a la energía sostenible y limpia; la que hace alusión a las ciudades y comunidades sostenibles; o la que gira en torno a la vida bajo el agua y la vida en la tierra, entre otras.
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