Rusia

Las autoridades rusas abordan el barco de Greenpeace durante una protesta contra las prospecciones en el Artico

La Guardia Costera rusa ha abordado este lunes el barco de Greenpeace tras la protesta "pacífica"contra las prospecciones petrolíferas que la ONG estaba llevando a cabo en el mar de Kara, hasta donde se habían dirigido por espacio marítimo de Rusia sin que ésta le hubiera dado permiso de tránsito, según ha informado la ONG.

Además ha indicado que solicitó en tres ocasiones a Rusia entrar a la ruta marítima del norte, "dejando claras sus intenciones de comprometerse en una protesta pacífica y legal"y "cumpliendo con todos los requisitos", pero que "fueron rechazadas"en "clara violación"de la ley internacional que, según los ecologistas, permite, entro otras, la libertad de navegación. Es por ello que, "desafiando"el "intento de Rusia de prohibir"su paso, la organización entró este sábado en la zona.

Según la asociación, a primera hora de la mañana del lunes, la guarda rusa costera anunció la creación de una "zona de exclusión"de 4 millas naúticas alrededor de la embarcación que realiza la exploración petrolífera, el 'Geolog Dmitry Nalivkinc' para evitar que, según los activistas, pudieran obtener buenas imágenes de la embarcación.

Así, la ONG ha denunciado que cuando varias zodiacs ecologistas rodearon la embarcación petrolífera con pancartas en las que se leía "Salva el Artico", cuatro miembros de la guardia costera rusa abordaron el barco sin permiso.

A este respecto, el domingo, un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores holandés, país en el que está abanderado el barco ecologista, aseguró que "el derecho de Greenpeace a protestar pacíficamente es indiscutible"y "de acuerdo a la información que tiene Holanda sobre el barco, no hay razón para dudar de su estado técnico".

Los ecologistas han declarado que este rechazo es un "claro"intento del Gobierno ruso de reprimir las críticas a la industria del petróleo, dado que, según ha señalado la ONG, el buque 'Geolog Dmitry Nalivkinc' opera actualmente bajo las órdenes de la compañía rusa estatal Rosneft -- junto con la estadounidense ExxonMobil-- en 4.500 hectáreas del Parque Nacional del Artico ruso, cuando, en palabras de Greenpeace, su ley medio ambiental prohíbe la exploración y extracción de recursos naturales en estas zonas protegidas.

En este sentido, la ONG ha precisado que el buque petrolífero está realizando pruebas sísmicas utilizando ondas de sonido generadas por cañones de aire para crear mapas detallados de las aguas marinas con el objeto de determinar las localizaciones para las prospecciones petrolíferas, lo que supone uno de los últimos pasos antes de comenzar a perforar en busca de petróleo.

Estas técnicas de sondeo tiene importantes impactos en las ballenas y otros tipos de vida salvaje en la zona, según Greenpeace. Posteriormente, el riesgo reside en que un derrame de petróleo en este "santuario remoto con especies amenazadas como osos polares sería imposible de limpiar".