Australia

Prohíben el dragado en la Gran Barrera de Coral

La Gran Barrera de Coral, en una imagen de archivo
La Gran Barrera de Coral, en una imagen de archivolarazon

Australia prohibirá el dragado en todo el Parque Marino de la Gran Barrera de Coral, situado en el noreste del país, medida que afectará unos 345.000 kilómetros cuadrados, anunció hoy el ministro de Medio Ambiente, Greg Hunt, según informa la agencia Efe.

Solamente los puertos existentes cerca de la Gran Barrera serán eximidos de la prohibición en caso de que haya un problema de seguridad y el material del vertido podrá ser arrojado en los límites de la zona del arrecife.

«Si no se hacen trabajos pequeños de dragado para el mantenimiento, se corre el riesgo de una colisión de un buque y una catástrofe ambiental», dijo Hunt en declaraciones recogidas por la agencia AAP.

El Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, siglas en inglés) y la Sociedad de Conservación Marina presentaron la semana pasada un informe ante el Comité de Patrimonio de la Humanidad de la Unesco para pedir una mayor inversión en la protección de la Gran Barrera contra la contaminación y que se prohíba el vertido de material de dragado.

El Comité deberá decidir este año si incluye a la Gran Barrera de Coral en la lista de lugares en peligro, una decisión que aplazó a mediados de 2014 para darle la oportunidad al Gobierno australiano de demostrar que está adoptando medidas para mejorar la salud de la zona.

En marzo del 2012, la coordinadora de una misión de la Unesco en Australia, Fanny Douvere, advirtió de que el aumento de la actividad minera ponía en peligro la Gran Barrera de Coral, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1981.

El Gobierno australiano impulsa un plan para recuperar en 2015 todo el esplendor del lugar a través de la limpieza de las aguas y erradicar la plaga de estrellas que se alimentan de los corales.

La salud de la Gran Barrera, que alberga 400 tipos de coral, 1.500 especies de peces y 4.000 variedades de moluscos, comenzó a deteriorarse en la década de 1990 por el doble impacto del calentamiento del agua del mar y el aumento de su acidez por la mayor presencia de dióxido de carbono en la atmósfera.

Efe