Zoohackathon: contra el tráfico de especies

La base de datos «hippo-chip» registra los rinocerontes criados en cautividad y en granjas para combatir la venta ilegal de cuernos.

Se calcula que hace 20 millones de años ya campaban por la Tierra los rinocerontes. De las cinco especies que han llegado a la actualidad desde aquellos tiempos del Mioceno, tres se encuentran en estado crítico de conservación, el de Sumatra, el negro y el de Java, y las otras dos afrontan graves amenazas que conducen también a su extinción. Este animal fitófago, es decir, que solo se alimenta de materias vegetales, pasa por el peor momento de su historia a causa de la caza furtiva y del tráfico ilegal, principalmente de su cuerno. El pasado 22 de septiembre se celebró su Día Mundial, y en España, el Ministerio para la Transición Ecológica recordó qué acciones lleva a cabo en el territorio nacional, en colaboración con países africanos y en cooperación con la Unión Europea, para luchar contra esta tendencia.

El Ministerio, liderado por Teresa Ribera, ha organizado conjuntamente con la Embajada de Estados Unidos en España, la Fundación Parques Reunidos y el Seprona, la primera edición española de Zoohackathon, un evento que une tecnología y conservacionismo para premiar desarrollos informáticos que ayuden en la lucha contra el tráfico ilegal de especies con aplicaciones que contribuirían, por ejemplo, a la recuperación de los rinocerontes.

La propuesta ganadora fue la diseñada por el equipo malagueño Earthgine bajo el nombre «Hippo-chip». Sus creadores plantearon la confección de una base de datos internacional de animales criados en cautividad y en granjas, basada en un chip individual que contenga información de cada ejemplar como «secuencias únicas de ADN, características del iris o el patrón de coloración y las manchas en el pelaje». En su solución, los agentes de aduanas de los diferentes países contarían con aparatos capaces de leer estos chips y garantizar la trazabilidad del ejemplar. La ausencia de un sistema sincronizado como este es una de las brechas aprovechadas por los traficantes para colocar en el mercado especies o productos procedentes del comercio ilegal.

El equipo Mare Nostrum presentó el proyecto elegido en segundo lugar por el jurado. «Poach the poachers» (atrapa al furtivo, en inglés) automatiza búsquedas en redes sociales relacionadas con anuncios de compraventas ilegales de especies o productos elaborados a partir de ellas. La herramienta también realiza análisis de los perfiles de los vendedores. Todo para frenar, con rapidez y eficacia, el tráfico ilegal en internet.

Este evento se celebró a mediados de septiembre en el marco del Plan de Acción Español contra el Tráfico Ilegal y el Furtivismo Internacional de Especies Silvestres (TIFIES), y se ha hecho en coincidencia con otras ediciones en San Diego, Kampala, Uganda y Mumbai y Nueva Delhi.