Cataluña

Muere un niño de tres años infectado de enterovirus

El menor ingresó el domingo en el Hospital de Mataró y falleció a las pocas horas. Ya son 99 los pacientes atendidos en Cataluña y cuatro de ellos están en la UCI

Fachada del edificio del Hospital de Mataró
Fachada del edificio del Hospital de Matarólarazon

El menor ingresó el domingo en el Hospital de Mataró y falleció a las pocas horas. Ya son 99 los pacientes atendidos en Cataluña y cuatro de ellos están en la UCI.

Un niño de tres años murió el pasado domingo en el Hospital de Mataró (Barcelona) tras ingresar ese mismo día con una disminución de la conciencia y vómitos. El fatal desenlace se produjo horas después, cuando entró en una parada cardíaca que los médicos no lograron remontar.

Ayer, la necropsia determinó que el menor estaba infectado de enterovirus y ahora el departamento de Salud de la Generalitat estudia si ésta puede ser la causa de la muerte. En todo caso, el subdirector del CatSalut, Josep Maria Argimon, quiso dejar claro que «no se puede establecer una relación causa-efecto entre la evolución del enterovirus y el fallecimiento del niño».

«Su sintomatología era inespecífica, no era rombencefalitis– una inflamación del tronco cerebral que provoca parálisis y se asocia a una infección por enterovirus–», continuó. Por ello, Argimon se afanó en repetir que podría tratarse de «una asepsia, una miocarditis o de enfermedades metabólicas congénitas», que el virus, eso sí, pudo activar.

De confirmarse que la causa de la muerte es por infección de enterovirus, este niño sería el primer fallecido por este brote. Salud niega que en la menor fallecida hace tres meses en Tarragona se encontrase rastro alguno de este virus, aunque admite que su sintomatología clínica era coincidente. «Ingresó con rombencefalitis pero no se encontró huella de enterovirus», aclaró el director del CatSalud. La diferencia con el niño de Mataró es que él sí estaba contagiado, en concreto de la cepa A-71, una de las más agresivas. Lo que todavía no se ha podido esclarecer es por qué en ciertos menores su evolución es tan rápida y drástica. En su caso, de pocas horas. Tras acudir al Centro de Atención Primaria (CAP) con una diminución de la conciencia, se le dio el alta porque no tenía fiebre, pero al rato ingresó de urgencia y en estado grave en el hospital de referencia de la comarca del Maresme, donde murió horas después.

«No todos nos comportamos igual ante una agresión de un agente microbiológico:a algunas personas no les produce nada y a otros sí. Suponemos que depende de características genéticas pero no lo sabemos con certeza», explicó el doctor Carlos Rodrigo, jefe de pediatría del hospital Vall d’Hebron, donde se detectaron los primeros casos del brote.

Rodrigo quiso rebajar el nivel de alarma generado entorno a este brote. «A los padres, tranquilidad, porque ha disminuido muchísimo, ya se está acabando», declaró. Aún así, todavía hay 13 menores ingresados por enterovirus, nueve en planta y cuatro en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) y ya se han contabilizado 99 casos.

La vicepresidenta de la Asociación Española de Infectología Pediátrica (SEIP) que pertenece a la AP, Cristina Calvo, coincide con el médico del Vall d’Hebron en la necesidad de rebajar la alerta. Insistió en que los enterovirus –circulan hasta un centenar de cepas– son normales en esta época del año y que lo más común es que provoquen infecciones respiratorias y gastrointestinales de carácter leve, que no requieren ingreso. Sus síntomas no suelen ir más allá de la fiebre, los vómitos y la diarrea, pero hay algunos subtipos que atacan más agresivamente. Como el D-68, del que afortunadamente ha habido pocos casos este año, no más de tres, entre los que se encuentra el de la niña catalana que quedó tetrapléjica. Provoca afecciones respiratorias que necesitan soporte de oxígeno y parálisis aguda.

En el caso del niño de Mataró, Salud apunta hacía el subtipo A-71, una cepa más común pero igualmente violenta. Provoca fiebre y meningitis tipo vírica, la mayoría de las veces de evolución favorable. Pero, como señala Calvo, también puede causar una rombencefalitis que, en según qué personas, puede evolucionar rápido y mal, sin que se sepa la causa. «Puede ser una conjunción de motivos, que la cepa de este año sea más agresiva de lo normal y que el niño sea más susceptible genéticamente a ella», detalló la vicepresidenta de la SEIP. Los síntomas a tener en cuenta para su detección son fiebre, erupciones cutáneas, decaimiento y somnolencia y, sobre todo, espasmos repetidos durante el sueño.

No obstente, Calvo quiso llamar a la calma: «No hay que asustarse, la mayoría de los enterovirus sólo provocan un cuadro parecido a la gripe». Y como única medida de prevención, insistió, «una estupenda higiene de manos, porque no hay cosa que se pueda hacer para detenerlo».