Opinión
¡Muerte al bar! ¡Viva el botellón! Ahí se puede fumar
¿No tenemos en la sanidad problemas mucho más acuciantes?
Con todos los problemas que tiene nuestra sanidad, como listas de espera interminables, infrafinanciación, falta de medios técnicos y, sobre todo, medios humanos como médicos o enfermeras, falta de algunos medicamentos, lo que repercute negativamente en la calidad del servicio, nuestro Ministerio está en su particular cruzada. Ya lo intentó hace unos meses y ahora vuelve a la carga para tropezar en la misma piedra. El ministerio de Mónica García quiere ampliar los espacios libres de humo y no repara en esfuerzos, ni en gastos, por lo que ha abierto un nuevo periodo de consulta pública.
El objetivo es que no se pueda fumar en las terrazas de bares y restaurantes e incluso en las marquesinas de las paradas de autobús. En este último caso, hasta lo puede entender porque no es un recinto de ocio. Y el fumador, si quiere hacerlo solo tiene que separarse unos metros. Ejemplos tenemos desde Estados Unidos a Europa. Otra cosa son espacios abiertos en terrazas de bares y restaurantes.
La patronal del sector ha hecho pública una encuesta sobre esta cuestión y los resultados son más que claros. El 80% de los ciudadanos se encuentra a gusto con la legislación actual y la gran mayoría considera que este no es un problema acuciante. Además, cuando en algunos locales se impide fumar en sus terrazas el fumador se levanta y se separa un par de metros para echarse un pitillo. Solo un detalle. Si tienes que levantarte y fumar fuera de tu terraza tirarás la colilla al suelo porque el cenicero habrá desaparecido, y trasladaremos la zona de ocio de la terraza a sus alrededores. Algunos pensarán que será más cómodo montar un botellón que ir a un bar a tomarse una cerveza. ¿Esta es la solución? ¿En serio que este es el problema de salud pública? Y por cierto, ¿saben en el ministerio que somos un país de bares y restaurantes, un país volcado a la calle?
Si realmente el Ministerio de Sanidad quisiera eliminar el consumo de tabaco, ¿por que no propone un aumento impositivo que lo reduzca de verdad y esos ingresos se dediquen a mejorar el sistema de salud público? Pero no, la cruzada de la ministra no pretende que se deje de fumar, porque ingresos para el Estado haberlos haylos, sino lo que pretende es aumentar los espacios sin humo, aunque con esta nueva normativa solo los desplazará un poquito. Los impuestos, ¡por favor!, ni se tocan.
Soy fumador y apoyé las medidas para no fumar en espacios públicos interiores. Porque en estos espacios cerrados se puede entender fácilmente que el humo moleste. No es una cuestión de salud, es de educación. Pero, en la calle, en las playas, en espacios abiertos creo que se debe ser más tolerante. La encuesta antes citada deja claro que con esta prohibición los fumadores no van a dejar de fumar y no se va a reducir el consumo de tabaco.
La patronal del sector de la hostelería y la restauración ha puesto el grito en el cielo, y permítanme la licencia, están que fuman en pipa. Si pasa por su lado la ministra García, cuidado que se lo puede prohibir. Bromas aparte, el sector puede verse afectado pero lo que no se calibra desde el ministerio es el impacto en los hábitos y costumbres, sobre todo, en los más jóvenes. Además, insisto, volviendo al inicio. ¿No tenemos problemas en la sanidad mucho más acuciantes? No oigo a la ministra explicar qué medidas se están adoptando para tener más médicos o enfermeras, por ejemplo. Muchos quisieran incorporarse pero las trabas burocráticas para equiparar sus títulos a nuestro país se hacen interminables y laberínticas. No oigo tampoco mucho sobre como mejorar la financiación sanitaria porque desde el Paseo del Prado se puede predicar, pero los que dan trigo son los diferentes gobiernos autonómicos. Mientras, nos dedicamos a incentivar debates que no existen y, por cierto, seguimos sin consenso. Una lástima.
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