Multan a un conductor por morderse las uñas

Contra el vicio de morderse las uñas, la virtud de multar. Que se lo digan a un vecino de Salamanca al que la Guardia Civil denunció por conducir "mientras se mordía las uñas". 80 euros por un gesto que limita su libertad de movimientos. El catálogo de infracciones cuanto menos curiosas es extenso. Por dar un beso al copiloto o dicho de otra manera mantener "relaciones cariñosas con el acompañante". O por conducir a 750 kilómetros por hora. En León, un hombre fue multado por manipular "una tableta de chicles". Una mujer de A Coruña fue acusada de tenencia ilícita de armas por llevar colgado en el retrovisor un tirachinas que le hizo su difunto abuelo. 300 euros y el arma requisada. Lo más complicado fue recuperarla. Aunque algunos parece que se lo buscan. El colmo de la picaresca es llevar en el asiento del copiloto un maniquí para poder usar el carril Bus VAO. A los agentes les llamó la atención que la supuesta mujer estaba "como muerta". El consuelo, si cabe, es que estas infracciones no suelen conllevar pérdida de puntos.