Investigación científica
Un Nobel contra las enfermedades olvidadas
La Academia sueca distingue al irlandés Campbell y al japonés Omura por su lucha contra los males parasitarios, así como a la china Youyou por dar con el fármaco que combate la malaria.
Pocas veces puede discutirse la concesión de un Nobel, y menos en la categoría de Medicina. Pero la decisión de la Real Academia de las Ciencias de Suecia ya es del todo irrefutable si tenemos en cuenta que los logros del irlandés William Campbell, el japonés Satoshi Omura y la china Tu Youyou han impedido la muerte de decenas de miles de vida en el caso de los dos primeros, y de millones en el caso de la segunda. Considerando además que ninguno de los tres cuenta con una edad inferior a los 80 años, la distinción se ha hecho esperar.
Sus hallazgos «han proporcionado a la humanidad nuevos y potentes medios para combatir enfermedades debilitantes que afectan a cientos de millones de personas al año», según la Academia. Y así es. Campbell, de 85 años e investigador emérito de la Universidad de Drew (Nueva Jersey), y Omura, de 80 y profesor emérito de la Universidad de Kitasato, descubrieron una terapia contra las infecciones causadas por ascárides –lombrices intestinales– como lallamada «ceguera de los ríos», que azota mayoritariamente a África y que ha dejado ciegas a cientos de miles de personas. Omura consiguió aislar un grupo de bacterias llamadas streptomyces, las cultivó y seleccionó con el objetivo de aplicarlas en microorganismos dañinos. Por su parte, Campbell descubrió un componente químico de los cultivos llamado avermectina, letal contra los parásitos que portaban los animales, lo purificó, lo modificó genéticamente y obtuvo lo que hoy se conoce como ivermectina. Sus hallazgos no sólo han plantado cara a la «ceguera de los ríos», también combaten contra la filariasis linfática o elefantiasis.
La lucha contra la malaria, anclada en la década de los 60, experimentó una revolución gracias a Tu Youyou, de 85 años y directora científica de la Academia de Medicina china. Indagó sobre la eficacia que la herbología podía ofrecer en este problema. Concretamente, en la planta Artemisia annua. No fue tarea fácil, pero, finalmente, extrajo su componente activo, la artemisina, que, combinada con otras terapias, reduce la mortalidad hasta en un 30% niños.
«Estos descubrimientos han permitido reducir los casos de mortalidad y morbilidad en las tres enfermedades», asegura a LA RAZÓN Nines Lima, especialista en medicina tropical de Médicos Sin Fronteras (MSF). «La malaria es la enfermedad parasitaria número uno en lo que respecta al número de casos y muertes. Y gracias a la artemisina se obtiene una molécula que, con una alta eficacia, logra eliminar parásitos en la sangre», añade. Lima recuerda que en torno al año 2000, otros tratamientos contra la malaria estaban perdiendo su eficacia en el África subsahariana. «El parásito se hace resistente a la medicación. Como ocurre con los antibióticos, si no se eliminan bien las bacterias, va mutando y se hace resistente», explica. De hecho, en MSF han constatado que en Camboya, Tailandia y Myanmar se están encontrando casos de resistencia a la artemisina. Y dicha resistencia puede trasladarse al África subsahariana. De ahí que la ONG considere que este premio debe ser un «llamamiento para que se fomente la investigación», pues, de lo contrario, no será posible erradicar la enfermedad en el año 2040.
En cuanto a la «ceguera de los ríos» y la elefantiasis, «continúan produciendo estragos». En el caso concreto de la última, es «más difícil de implementar el fármaco por la misma idiosincrasia de la enfermedad: es más compleja, responde peor y es más difícil de tratar».
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