Castilla y León

Preocupación por la hija embarazada del fallecido por fiebre hemorrágica

Mantuvieron contacto en la pedanía abulense de Villarejo, donde se infectó al pasear por el monte

Andrés Herránz, alcalde de San Juan del Molinillo, pueblo del que depende la pedanía de Villarejo (Ávila)
Andrés Herránz, alcalde de San Juan del Molinillo, pueblo del que depende la pedanía de Villarejo (Ávila)larazon

Mantuvieron contacto en la pedanía abulense de Villarejo, donde se infectó al pasear por el monte

La inquietud se ha adueñado de la pequeña pedanía de Villarejo, en el municipio abulense de San Juan del Molinillo. Un pueblo de apenas unos pocos cientos de habitantes que se ha visto golpeado por un virus que, hasta ahora, jamás había producido ningún contagio en nuestro país: la fiebre hemorrágica Crimea-Congo (FHCC). Hasta el momento, sólo hay dos contagios confirmados. Un varón de 62 años, que falleció en el Hospital Universitario Gregorio Marañón, y la enfermera que lo trató en el Hospital Infanta Leonor, que se encuentra ingresada estable, dentro de la gravedad, en el Hospital La Paz-Carlos III, en la misma unidad de aislamiento que los pacientes de ébola.

Raúl J. contrajo el virus tras ser picado por una garrapata mientras paseaba por la sierra de Villarejo, durante la primera quincena de agosto. Casado y con dos hijas, pensaba ya en la jubilación y acudía allí con frecuencia para visitar a una de ellas, así como a sus padres. Según relatan vecinos y allegados a LA RAZÓN, apenas mostró molestias al principio. «Me ha picado algo», dijo. Sin embargo, poco a poco empezó a sentirse mal. «La pierna se le empezó a poner negra, no sabían por qué. Comenzó a asustarse. En ese momento, se fueron a Madrid». Nadie en la pedanía podía sospechar qué le había pasado. Ni siquiera se enteraron de que había contraído un virus mortal el día que acudieron al funeral en Villarejo, celebrado el viernes de la semana pasada.

La inquietud ha alcanzado a la propia familia. Una de sus hijas se encuentra embarazada. «Está preocupada», afirman. Tanto ella como otros de sus familiares –otra de sus hijas vive en una pedanía cercana– se someterán a las pruebas que dicta el protocolo, por lo que tendrán que tomarse la temperatura dos veces al día e informar si hay cambios, según afirmó a Efe el alcalde de San Juan del Molinillo, Ángel Herranz.

«La gente está alerta. Te asusta más todo lo que se habla, lo que la gente dice...», afirma una vecina. «Hay mucha tristeza. Y sí, tenemos miedo. Mis hijos se dedican a la ganadería y están siempre por la zona de la sierra», comenta la propietaria de un bar. En todo caso, la Junta de Castilla y León volvió a recordar ayer que el riesgo de contagio es «muy bajo».

La cifra de vigilados supera los 200

Sólo en Madrid, la cifra de personal hospitalario bajo vigilancia por haber estado en contacto con el fallecido o la enfermera infectada supera ya las 200 personas. En el caso del Gregorio Marañón, son ya 130 profesionales, mientras que en el Infanta Leonor alcanza los 80. Además, en Barcelona, dos técnicos fueron considerados «potenciales contactos de bajo riesgo» de fiebre hemorrágica porque manipularon muestras del paciente fallecido en Madrid. Con todo, al cierre de esta edición, ninguno había presentado síntomas.