Barcelona

¿Qué puede llevar a un menor de trece años a agredir o a asesinar?

La Razón
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La adolescencia, esa etapa o franja de vida tan estudiada y analizada pero tan desconocida, un paso de la infancia a la adultez que requiere un proceso de adaptación para hacer frente a esos vaivenes emocionales que crean tanta ansiedad, excitabilidad, muchas veces aumentada por un inicio de tonteo con el tabaco y drogas que no hacen más que provocar una sintomatología más acentuada.

Muchas de las psicosis o esquizofrenias con una predisposición genética permanecen dormidas hasta la adolescencia y ciertos acontecimientos o contextos magnificados estimulan su aparición y lo que estaba en estado latente salga a la luz con virulencia acaso sea una esquizofrenia transitoria o no.

En un momento de cambio y revolución hormonal es muy necesaria la aprobación de los demás para forjar la autoestima pero cuando se vive lo contrario, la desaprobación o la apatía la autoestima se reduce a la nada y no puede ser que los demás lo infravaloren tanto o no perciban su existencia y hay una forma anómala patológica de hacerlo ver y surgen dos palabras clave CELOS Y VENGANZA con una agresividad que explotará hasta las más nefastas consecuencias y con ese componente obsesivo sin discernir razón e impulsividad y vivir con esa idea fija de premeditación de la hora y el lugar.

Quiere ser reconocido con ese factor de falta de empatía, de tristeza o dolor importando más esa idea de supervivencia que el se ideó que la muerte consciente o inconscientemente de otra persona, inconscientemente en el sentido de que en un principio sólo pretenda agredir aunque las consecuencias sean fatales, no es consciente de la realidad, nada más existe su realidad, ficticia, suelen ser tímidos y con dificultad de integración social .

En su casa o ambiente familiar son incomprendidos esa aparente normalidad o timidez en la calle se transforme en gritos y fugas del hogar por unas horas para llamar la atención debido a su escaso nivel de resiliencia, es decir nula tolerancia a la frustración.

Por ello es importante educar desde niños enfrentándose a pequeñas frustraciones, no todo es aquí y ahora y realizar exámenes psicológicos que permitan frenar y prevenir estos actos monstruosos como el de hoy.