Violencia de género
El «caso Juana» llega a la Audiencia Nacional
Quiere que se declare competente para investigar su denuncia sobre el presunto maltrato que sufrió en Italia por su ex. Ya está con los niños.
Quiere que se declare competente para investigar su denuncia sobre el presunto maltrato que sufrió en Italia por su ex. Ya está con los niños.
Juana Rivas quiere que la Audiencia Nacional se declare competente para investigar los malos tratos que sufrió en Italia mientras vivía con Francesco Arcuri –entre junio de 2013 y mayo de 2016– para que estos hechos se puedan juzgar en España. Sus abogados han presentado lo que se denomina una «cuestión de competencia» sobre la que la Audiencia se pronunciará previsiblemente en unas semanas después de escuchar a la Fiscalía.
La denuncia sobre el presunto maltrato fue presentada por Juana Rivas el 12 de julio de 2016 y, desde entonces, ha recorrido distintas instancias.
Pocos días después de presentarse, un juez declaró la «falta de jurisdicción de los tribunales españoles» sobre el maltrato que supuestamente había ocurrido en Italia, pero ha pasado más de un año guardada en un cajón hasta que la denuncia ha sido traducida y remitida a los juzgados italianos, que «ya la han recibido, pero no se ha incoado el procedimiento», confirmó a LA RAZÓN Juan Manuel Pérez, abogado de Juana Rivas.
El «atasco» judicial en Italia es mayor que en España, de ahí que en aras de conseguir mayor agilidad en la tramitación de la denuncia, la defensa de la madre de Maracena recurra ahora a la Audiencia Nacional. Y es que la legislación vigente permite que un caso de maltrato pueda ser juzgado en cualquier país de la Unión Europea. En la denuncia Juana se queja del «control constante» de Arcuri. «Tiene que saber dónde he estado y con quién, lo que he hecho en casa... Incluso este control lo ejerce indirectamente a través de mi hijo (el mayor, ahora de 11 años) al que le pregunta con quién he estado (...) No me ha sido posible relacionarme con otras personas ni hacer una vida normal y con libertad de movimientos. Me prohibía viajar a España y, cuando me lo ha permitido, ha sido imponiendo sus condiciones. Se ha negado en muchas ocasiones alegando que soy mala madre, que no estaba capacitada para estar con mis hijos». Juana relataba en la denuncia cómo desde junio de 2013, cuando reanudó la convivencia en Italia con Arcuri, ha sido «amenazada, insultada, vejada y agredida por éste».
La madre de Maracena también denunció haber recibido insultos continuos de su ex pareja: «Me llamaba puta barata, bastarda... Pedazo de mierda, gorda, das asco, nadie va a querer estar contigo».
Desde que el pasado 28 de agosto el juez ordenó la entrega de los niños a Arcuri, Juana no veía a sus hijos, de 11 y 3 años. Ayer, la Justicia italiana ordenó a Francesco Arcuri entregárselos hasta la mañana de hoy. Lo decidió el juez de un juzgado civil del Tribunal de Cagliari (Cerdeña), encargado del proceso sobre la custodia de los menores. Y lo hizo «después de que Arcuri pusiera todo tipo de obstáculos para evitarlo con argumentos del tipo: “que no estaba capacitada para hacerse cargo del cuidado de sus hijos”», manifestó el letrado.
«Los hijos estaban felices de ver a su madre, corrieron a sus brazos en cuanto la vieron. Juana estaba feliz y emocionada», dijo su abogada María Eugenia Álvarez.
El juez tardará meses en dictaminar sobre la custodia de los menores, así que Juana solicitará al juez que pueda hacer visitas puntuales a sus hijos, la primera de ellas en Navidad. No obstante, la madre de Maracena está autorizada a mantener contacto diario con sus hijos a través del teléfono o de aplicaciones de videoconferencia, pero «el padre sólo les deja mantener comunicación cada tres días porque Arcuri no permite más, la relación entre Juana y él es tensa, está rota y no se piensa en una custodia compartida», dijo su abogado.
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