CSIC
Combatir la psoriasis con fármacos contra el cáncer de próstata
El CNIO ha desarrollado dos nuevas estrategias para combatir esta enfermedad que afecta al 2% de la sociedad española.
El CNIO ha desarrollado dos nuevas estrategias para combatir esta enfermedad que afecta al 2% de la sociedad española.
Se sabe que existe predisposición genética a sufrir psoriasis. Una enfermedad que puede estar latente en los genes, pero que necesita un agente externo para que la erupción cutánea aparezca. El estrés o la tensión emocional pueden ser la chispa que encienda el mecanismo que lo produce. No es contagiosa ni hereditaria pero afecta a cerca del dos por ciento de los españoles. Lo peor es que estos brotes vienen y van lo que convierten la enfermedad en crónica para la que existen remedios transitorios, pero no curación definitiva. Muchos de los tratamientos actuales «producen efectos secundarios como la tuberculosis», apunta Juan Guinea-Viniegra, científico del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), y uno de los autores de un estudio que ofrece nuevas vías para combatir este trastorno de las células de la piel. Él y su equipo han publicado dos trabajos en las revistas «Immunity» y «Science Translational Medicine». Su principal avance: evitar que las medicinas causen daños colaterales al paciente, «intentar apuntar con más precisión al centro del problema», aunque el origen siga siendo un enigma. Trabajan desde 2008 en la búsqueda de nuevas dianas terapéuticas a raíz de un trabajo de investigación básica que generó, sin buscarlo, un ratón modificado genéticamente con síntomas similares a los de la psoriasis. Analizando los mecanismos de defensa de este ratón «nos hemos podido acercar a las proteínas que están involucradas en este proceso e inhibirlas con moléculas ya aprobadas para otras enfermedades». Entre los usos que ya se le dan a estos fármacos están el cáncer de próstata o evitar el rechazo en trasplantes. «Buscamos darle un nuevo uso que hemos visto que funciona», apunta.
La otra estrategia en la que han trabajado se basa en la inhibición de ciertos microRNAs, pequeños fragmentos de ácido nucleico que deberían convertirse en proteínas pero que optan por reproducir células epiteliales en exceso y "vimos como los síntomas desaparecen".
No obstante, otro de los puntos que se ha anotado esta investigación es que han conseguido unir la investigación básica con la clínica. El equipo de Guinea-Viniegra ha colaborado estrechamente con el área de Dermatología del Hospital Universitario La Princesa de Madrid, donde trabajan desde hace años en la lucha contra la psoriasis. "Nosotros les hemos facilitado muestras de piel de pacientes para que se pudieran trasplantar a ratones y estudiar sus reacciones", sostiene Esteban Daudén, jefe de Dermatología y profesor en la UAM. Gracias a esta simbiosis comprobaron que la enfermedad remitía. Y es que los dos expertos saben que lo importante "es ir directos a las dianas"para ir al meollo del problema hasta que "descubramos qué activa exactamente la psoriasis", insiste Daudén. Para ello también están desarrollando nuevas líneas de investigación ligadas a la farmacogenética y "comprobar cuántas probabilidades tiene cada paciente de desarrollar estas erupciones". Mientras desde el CNIO son optimistas y esperan que en dos años puedan pasar a la siguiente fase y probar los compuestos en personas, desde el área de investigación de La Princesa también quieren "contar con un set que pueda determinar las posibilidades de sufrir erupciones por psoriasis en un par de años", augura el especialista.
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