Alicante

El diagnóstico precoz, la primera y principal arma para combatir el glaucoma

El diagnóstico precoz es la principal arma para combatir el glaucoma, una enfermedad del nervio óptico que puede producir ceguera y de la que mañana se celebra su Día Mundial, según ha subrayado el presidente de la Sociedad Oftalmológica de la Comunidad Valenciana, Konrad Schargel. La incidencia de esta enfermedad, la primera causa de ceguera en el mundo, gira en torno a un 2% de la población a partir de los 40 años, por lo que las revisiones oftalmológicas periódicas son imprescindibles para detectarla a tiempo y evitar su consecuencias.

De carácter multifactorial, el glaucoma está relacionado con el aumento de la presión ocular por una mala evacuación del humor acuoso, lo que provoca una reducción progresiva del campo de visión.

La importancia del diagnóstico precoz radica en que el glaucoma avanza sin ofrecer síntomas, por lo que las personas van perdiendo visión periférica de una forma lenta y progresiva y no suelen ser conscientes hasta que han perdido buena parte del campo de visión.

A los fármacos (gotas) y a la cirugía se han unido desde hace unos años los tratamientos con láser, cuyos avances tecnológicos han derivado actualmente en la denominada "Trabeculoplastia Láser Selectiva (SLT)", una técnica segura cuyos resultados ha constatado la clínica Oftálica.

Según Schargel, especialista de la Unidad de Glaucoma de esta clínica oftalmológica, el 80 por ciento de los pacientes tratados con SLT no requieren nuevos tratamientos al lograr una reducción de presión suficiente".

El estudio de seguimiento realizado a los pacientes con glaucoma tratados por este método refleja "un control de las presiones oculares en la mayoría de los pacientes".

"Evitamos así un exceso de medicación y, en ocasiones, la cirugía", ha añadido Schargel.

Con motivo de la celebración del Día Mundial del Glaucoma, el director de Oftálica, Enrique Chipont, ha desgranado algunos de los síntomas que pueden indicar la presencia de esta enfermedad.

Dolor intenso, disminución de agudeza visual, visión de halos alrededor de las luces, ojo rojo, náuseas y vómitos son algunas de las alarmas que pueden dispararse en el caso del glaucoma agudo.

No obstante, otra variante de la enfermedad, y la más frecuente, es el denominado glaucoma de ángulo abierto, que solo presenta una pérdida paulatina de la visión, lo que convierte a las revisiones oculares en una herramienta primordial para detener el avance de glaucoma.