Carreteras

Si conduces, no tuitees

Es la primera vez que se han hecho las cuentas y, viendo el resultado, dan ganas de poner el modo avión, pero en el coche. Las distracciones por el móvil causan 390 muertes al año, un 20% de todos los fallecidos en la carretera.

Si conduces, no tuitees
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Es la primera vez que se han hecho las cuentas y, viendo el resultado, dan ganas de poner el modo avión, pero en el coche. Las distracciones por el móvil causan 390 muertes al año, un 20% de todos los fallecidos en la carretera.

Conducir mientras se habla por teléfono tiene el mismo peligro que si lo hiciéramos después de varias copas. También es una situación similar porque, en ambos casos, creemos que controlamos y que no va a pasar nada. El cuento cambia bastante si vamos en el asiento de copiloto y el que conduce tiene la lengua de trapo o no deja de hacer cosas raras con el móvil. Entonces es cuando nos sentimos en peligro. Y desde luego que lo estamos. Cada año se producen en nuestro país cerca de 8.000 accidentes de tráfico y al menos 390 muertes en las que está involucrado el uso del móvil. Basta con pensar en metros para que nos demos cuenta del alcance literal de las distracciones. Cuando vamos a 120 kilómetros por hora, perder la concentración durante un segundo implica que apartemos la vista de la carretera unos 30 metros. Si mandamos un mensaje, la cosa empeora notablemente y estamos fuera de juego cerca de 600 metros. Una eternidad en la que puede pasar de todo.

El estudio de la Fundación Línea Directa, el primero de estas características, concluye que aún tenemos un alto nivel de tolerancia con respecto a las imprudencias al teléfono. El 38% de los encuestados afirma que tolera que el conductor de un vehículo hable mientras está al volante sin el «manos libres». Y, lo que es aún más dramático, cerca de dos millones de automovilistas reconocen haberse hecho «selfies» en marcha, una proporción que se dispara en el caso del WhatsApp: diez millones de personas reconocen mensajearse mientras conducen.

El iPhone irrumpió en nuestras vidas en 2007 y puso todo patas arriba. Más de 600.000 españoles se declaran ya, oficialmente, adictos, y la media de veces que miramos la pantalla al día supera el centenar. Tal y como revela el estudio de Línea Directa, da igual que estemos al volante a 120 kilómetros por hora; nos vemos impelidos por una fuerza irrefrenable a mirar la pantalla cuando suena alguna notificación. La buena noticia es que la tecnología avanza rápido y estamos muy cerca de viajar en coches que se conducen solos. Podremos entonces dedicar toda nuestra atención a ese agujero negro que absorve toda nuestra energía sin que, al menos, nos robe la vida.