Cárcel
Siete meses de cárcel por “insultar” a un superior
Un guardia civil ha ingresado esta semana en prisión por una pelea que tuvo en 2012 mientras estaba fuera de servicio.
Un guardia civil ha ingresado esta semana en prisión por una pelea que tuvo en 2012 mientras estaba fuera de servicio.
Todo se remonta a una noche de fiesta durante los carnavales de Tarazona, un pequeño pueblo de Zaragoza de apenas 10.000 habitantes. Era febrero de 2012, la noche acabó a las 6:00 de la madrugada con alguna copa de más y una pelea con un “civil” donde estuvieron presentes algunos amigos (jefes, en su entorno laboral). Ni en sus peores pesadillas imaginó Luis Miguel Pouso que ese encontronazo le iba a llevar a la cárcel. Y es que no fue la pelea contra ese hombre lo que derivó en las actuales consecuencias penales, sino que en la misma se metieron para separar sus amigos, que se llevaron algún insulto y empujones propios del calor de la refriega. Pero Luis Miguel es guardia civil y también esos amigos con los que estaba, a los que “insultó”. Aunque todo esto se haya producido fuera del entorno laboral, se trata de un superior jerárquico (un cabo y un sargento) y hay consecuencias. La Asociación Unificada de Guardia Civil (AUGC), que ha llevado el caso de este agente, explicó a LA RAZÓN que ni siquiera esos superiores iniciaron ninguna acción penal. “El rumor de lo que había pasado esa noche de carnavales corrió en el puesto de Zaragoza, donde trabajaban todos” y fue otro oficial quien comunicó el incidente al mando responsable. Así se inició el procedimiento que “podría haberse dirimido perfectamente en el ámbito disciplinario del Cuerpo”, sostienen desde AUGC, que destacan el “calvario” que ha tenido que pasar Pouso. Primero le cambiaron de destino de Zaragoza y se tuvo que adaptar a su nuevo destino en Vizcaya. Ahora, de nada le ha servido que esos mandos increpados siempre hayan declarado a su favor a lo largo del procedimiento judicial porque el Tribunal Militar Territorial Tercero de Barcelona le condenó, en una sentencia fechada a 12 de junio a la que ha tenido acceso este diario, a tres meses y un día de prisión y cuatro meses de prisión como autor de sendos delitos de “insulto a un superior”, previsto y penado en el artículo 99.3 del Código Penal Militar de 1985 y a dos penas de un mes de multa con cuota diaria de 8 euros como autor de dos faltas de “lesiones” contempladas en los artículos 617.1 y 620.1 del Código Penal vigente en el momento de los hechos.
El mando al que pagó esos 400 euros de multa hasta se sintió en cierta manera ofendido por haber recibido el dinero y se lo devolvió: “De eso nada. Esto no es mío”, le dijo. Pero, de cara a la justicia militar, todo esto da igual. “Es que se trata de un Tribunal Militar y hay poco que hacer: lo grave es que tengamos que seguir siendo juzgados por ese Código”, sostienes fuentes cercanas al damnificado. Pouso ha sufrido en sus carnes la reforma que el Gobierno de Rajoy hizo sobre el Código Penal Militar para que todos los delitos contra la disciplina (por ejemplo, insulto a un superior, como es este caso), fueran juzgados por un tribunal militar. La Guardia Civil, al ser un cuerpo militarizado, está sometido a éste.
Aunque desde la AUGC solicitaron su indulto (el Ministerio de Defensa recibió la petición el 4 de mayo de 2018), el departamento dirigido -ahora en funciones- por Margarita Robles ni siquiera ha contestado a la solicitud.
Así, el pasado lunes, Luis Miguel entraba en una prisión madrileña para cumplir una condena de siete meses por este altercado sin ningún recorrido. Se trata del primer guardia civil preso en la etapa del Gobierno de Pedro Sánchez. Para protestar por estos hechos, la AUGC ha convocado una concentración a las 11:30 horas de mañana en la calle Zurbano, 42, sede del Defensor del Pueblo.
La asociación de guardias civiles recuerda el impecable trayectoria profesional de Pouso: ingresó en el Ejército en el 2002 y en 2008 en la Guardia Civil. “Durante estos 17 años no ha tenido ninguna sanción disciplinaria y mucho menos penal, con buen comportamiento en general, para satisfacción de sus mandos”, sostienen.
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