Motociclismo

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Simplemente el mejor

Ángel Nieto, tras una de sus muchísimas victorias
Ángel Nieto, tras una de sus muchísimas victoriaslarazon

Pocos deportistas han logrado ser el símbolo mundial del deporte que practicaban. La referencia en la que todo el mundo piensa cuando se habla de una actividad. Ángel era miembro de ese privilegiado grupo en donde sólo tienen sitio los más grandes. Tanto por su trayectoria deportiva, irrepetible, como por su influencia en las nuevas generaciones de motoristas, siempre tendrá un lugar en lo alto del motociclismo mundial. Han sido muy pocos: Nieto, Agostini, Spencer, Surtees..., los que han cosechado coronas mundiales en diferentes cilindradas. Es inútil hablar de sus logros deportivos, conocidos de sobra por todos los aficionados. Lo que confirmó la grandeza de Ángel fue su vida después de la moto. Su profundo conocimiento del mundo de las carreras, unido a un lenguaje claro y llano, le convirtieron en un

comentarista de lo mejor que ha pasado por la pequeña pantalla. Sabía de tácticas y conocía lo que sentían los que estaban en la pista. Su inteligencia natural le facilitó llegar a ser un comunicador de primer orden y supo acercar el mundo de la moto a todos los españoles que un

día se asombraron de sus triunfos y después le siguieron como comentarista.

A diferencia de otros que han pasado por el Mundial, Nieto continuó amando las máquinas de dos ruedas. De vez en cuando se ajustaba el mono y daba unas vueltas en alguna joya del pasado. «Ya no voy como antes –confesaba– tengo miedo a darme un palo». Pero seguía asombrándose con las nuevas generaciones de pilotos. Especialmente con Marc Márquez: «Este tío tumba como nadie. ¡Mira cómo roza el codo en el asfalto!» Era ahora su piloto más admirado y en su ITV de Vallecas colocó una foto suya de un par de metros en plena derrapada.

Pero la saga continúa. Gelete, Pablo y su sobrino Fonsi no han llegado a su categoría como pilotos. Era un imposible. Pero sus dos hijos mayores siguen vinculados al Mundial en diferentes actividades. Lo llevan en la sangre. Han heredado de su padre su carácter abierto y sin dobleces y, con ello también se han ganado, como Ángel, el cariño de todos los aficionados a la velocidad.