Paleontología
Sin «nietos científicos» que continúen excavando en Atapuerca
Bermúdez de Castro alerta de la falta de arqueólogos que prosigan con su labor. «Quedará en manos de proyectos internacionales», afirma
Muy a su pesar, «sé que me quedan pocos años para jubilarme y estamos muy preocupados por el futuro», asevera José María Bermúdez de Castro.
A uno de los impulsores del yacimiento arqueológico más importante de Euroasia le preocupa el futuro. Muy a su pesar, «sé que me quedan pocos años para jubilarme y estamos muy preocupados por el futuro», asevera José María Bermúdez de Castro, hoy coordinador de Paleobiología del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (Cenieh) y uno de sus fundadores. Tiene 64 años y asegura que «no vemos relevo generacional, más allá del equipo de 30 personas que hemos formado gracias a la Fundación Atapuerca». Así, Bermúdez de Castro teme que la falta de inversión de España en ciencia nos pase factura. «En 20 años ya vamos a estar escasos de científicos y nos van a faltar nietos científicos para seguir con el trabajo y es muy probable que el yacimiento termine en manos de proyectos internacionales», alerta.
En las últimas campañas ya han comprobado que el interés de investigadores extranjeros por nuestro yacimiento no ha dejado de crecer. En este año, concretamente, han trabajado 284 personas, de 23 países diferentes. «Por primera vez hemos tenido a un científico de Rusia, a otro de Eritrea...», enumera. Pero lo que más rabia le da es el apoyo con el que llegan algunos de estos jóvenes. «Hemos tenido a cinco británicos que venían becados de la University College de Londres, mientras que aquí los formamos y se tienen que ir fuera o peor, hay otros que se quedan en el camino». Bermúdez de Castro habla con conocimiento de causa: «Tenemos una chica, de unos 40 años, que ha estudiado Arqueología y cada año dedica su verano a excavar. Un día le pregunté en qué trabajaba y me dijo que en IBM».
El principal problema es que el potencial de Atapuerca es tan grande que se podría seguir excavando durante muchas décadas. «Esta sierra está llena de cavidades, pero muchas están cubiertas de vegetación y algunas son prácticamente impenetrables». Es más, uno de los grandes retos de Atapuerca es dar con restos neandertales, «difíciles de encontrar porque les enterraban fuera de las cuevas». De ahí que el trabajo sea aún más arduo.
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