San Francisco
iPhone 6S y iPad Pro, una renovación ajustada
Las novedades de Apple en smartphones y tabletas superan a sus predecesores, pero no revolucionarán el mercado tecnológico
Las novedades de Apple en smartphones y tabletas superan a sus predecesores, pero no revolucionarán el mercado tecnológico
No siempre cambiar es bueno. Ni lo es dar por sentado que el último modelo o la versión más reciente de un producto es mejor que la anterior. En tecnología los ejemplos sobran. Windows ME o Windows Vista fueron rápidamente reemplazados debido a sus constantes errores. La tableta Blackberry Playbook dio tan malos resultados que provocó la caída de dos de las cabezas principales de la compañía. Nokia N-Gage, MSN Direct Smart Watch o Microsoft Zune y hasta la olvidada consola Pippin (un flirteo de Apple en los videojuegos) son más botones de una muestra que reparte, por igual, éxitos y desaciertos de las principales empresas tecnológicas. ¿Ocurre algo similar con los nuevos iPhone o el último modelo de iPad? Vamos por partes.
Después de meses de rumores sobre los nuevos teléfonos inteligentes de Apple, el día ha llegado para hacer comparaciones con los contendientes en la mano. A primera vista comparten algunas similitudes. La nueva gama S es un poco más pesada (20 gramos en el iPhone 6S Plus) y apenas más grande: 0,1 mm en ancho, largo y grosor. Sutiles diferencias por las cuales no valdría la pena cambiar. Lo que ambas versiones mantienen, sin funda, es su diseño poco ergonómico que los transforma en barras de jabón susceptibles de emprender vuelo autónomo en cualquier momento. Tampoco ha cambiado la resolución, algo que ya era muy bueno y para lo que Apple no consideró invertir más tecnología, dedicándola a lo que los usuarios piden. Y dándoselo.
En este sentido, una innovación que puede romper el molde o quebrar la tendencia es el 3D Touch. Básicamente los iPhone 6S y 6S Plus son capaces de determinar si la presión sobre la pantalla es débil o fuerte en diferentes grados. Esto permite, por ejemplo, una vista previa de los correos, realizar multitareas o agregar directamente una canción a nuestra Play List. Si volvemos la vista atrás, esto no es tan nuevo: BlackBerry lo ofrecía en su nunca exitoso Storm, de 2008, pero Apple ha tenido el acierto de combinarlo con un software, el IOS 9, que le acompaña.
Donde más puede impactar esta tecnología es en los desarrolladores, principalmente en el campo del entretenimiento. Variar la intensidad para convertir un mismo movimiento en un acelerador o un arma puede transformar la industria del juego...o quedar relegado a un experimento si nadie o muy pocos se aprovechan de esta cualidad. El inconveniente es que sólo lo tienen los teléfonos 6S y 6S Plus, no las versiones anteriores y mientras no demuestre un éxito en ventas, muy pocos se atreverán a invertir tiempo, imaginación y recursos en una plataforma que aún no es tan masiva. Es una apuesta arriesgada, coherente con la tecnología disponible y que puede aportar enormes ganancias. ¿Vale la pena? Ahora mismo, no.
La cámara es, con toda seguridad, la diana más acertada de Apple con los nuevos smartphones. Las versiones S, que en este caso podría referirse a Superior, han aumentado la resolución 4 MP, pasando de 8 a 12 en su cámara principal y de 1,2 MP a 5 MP en la frontal. Pero eso no es todo: han cambiado (para mejor) la óptica y gracias mejoras en software y hardware, es más rápida y toma mejores imágenes en condiciones de luz tenue. Finalmente está Live Photos, que graba un segundo y medio de vídeo en las fotografías por si luego se considera necesario o se quiere elegir una imagen diferente. Esto es algo que Nokia, ahora Lumia, ya tenía desde hace varios años, pero se agradece y suma. En donde sí podrían haber fallado es en negarle a la versión pequeña el estabilizador de imagen, algo que el 6S Plus sí tiene.
¿Y de procesador y memoria? La verdad, en los papeles, mucho mejor. En el primer caso han pasado del A8 al A9. Esto se traduce en un procesador más pequeño y eficiente, que es un 70% más veloz y con una unidad de procesamiento gráfico un 90% más rápido, lo que se adereza con una memoria que se duplica de 1 a 2 GB de RAM. Estas mejoras, aparentemente, son la razón por la cual Apple no tocó las baterías. De hecho son más pequeñas, aunque siguen teniendo las mismas prestaciones que sus predecesores. Para terminar, los últimos modelos suman un nuevo color, rosa, y utilizan aluminio de la serie 7000 (los anteriores eran aluminio 6000) para solventar cualquier polémica posible con el famoso Bendgate, o aquella falacia de que los teléfonos se doblaban si se llevaban en el bolsillo. Aparentemente esta nueva serie resiste el doble de presión. Aún así, la recomendación es no testarlo.
¿Qué ocurre con los iPad? El nuevo Pro es bastante más grande que el iPad Air2 y definitivamente más que el iPad Mini, casi tan grande como un MacBook. Pero ninguno de los tres tiene 3D Touch. Aunque sí podrán utilizarse con el Apple Pencil, que saldrá a la venta en noviembre por unos 80 euros. La resolución del más reciente modelo es de 2732 por 2048 píxeles, contra los anteriores 2.048 por 1536. Su procesador es 2,5 veces más rápido y los gráficos se multiplican por cinco en velocidad si se compara con los procesadores de las primeras versiones. En lo que a cámaras respecta, Apple no ha innovado tanto en sus tabletas como en sus smartphones: 8MP para la principal y 1,2 MP para la frontal.
El veredicto es relativo. Obviamente son mejores que los modelos anteriores en muchos aspectos, tanto como para pensar en la compra, pero dependiendo del uso que le hayamos dado a sus «padres». Si el iPhone se ha convertido en una cámara o una consola portátil más que en un teléfono y si la tableta es una herramienta de trabajo más que una cámara, el cambio es beneficioso. De lo contrario, habría que pensarlo.
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