Ciencia y Tecnología
¿Por qué mi mujer se queda con el iPhone 6S y me deja la versión anterior?
Con la última versión de su smartphone, Apple busca sacar más rendimiento a su cámara y a la pantalla táctil
Con la última versión de su smartphone, Apple busca sacar más rendimiento a su cámara y a la pantalla táctil
Antes de que se lancen a la yugular de un servidor, más vale aclarar que la elección no tiene que ver con los géneros de ambos usuarios, sino con sus rutinas. En esta esquina y con un iPhone 6 Plus dorado, un periodista que trabaja desde casa la mayor parte de la semana, que viaja con cierta frecuencia por cortos períodos y que se encarga de la rutina diaria del hogar hasta las 18:00 horas (lo que incluye un ciclón de dos años que no se detiene ante ningún huso horario). En la otra, con un iPhone 6S rosa, una responsable de agencia de publicidad cuyo horario laboral remunerado (porque en casa también trabaja, ¡que no se diga!) se extiende hasta las seis de la tarde de modo frenético y que ha comenzado a estudiar fotografía. Presentados los contendientes, vamos a la batalla. En lo estético, siguen teniendo esa banda blanca plástica (en realidad es una antena) que puede molestar un poco a la vista. Pero ahora viene en rosa también.
Después de presentar un nuevo iPhone, Apple tiene por costumbre tomarse un año para ver las reseñas de los usuarios, actualizar su sistema operativo y lanzar un modelo S que renueva la versión anterior. En el iPhone 4S añadió Siri y en el 5S mejoró el sistema de ID Touch. En este caso la renovación es bastante mayor. A simple vista son muy similares excepto por su peso, unos 20 gramos más en el último modelo, que apenas es perceptible. Pero esos 20 gramos cambian mucho. Por ejemplo, con un 20 por ciento de batería ambos smartphones y sin estar conectados a la red, Siri solo responde en el 6S, lo cual para mi mujer es perfecto: a menudo pierde de vista su móvil y ahora le basta preguntar «oye, Siri, dónde estás?» para que éste, aunque esté en modo reposo, le responda.
Las cámaras son otro punto clave. La primera versión tenía una cámara principal de 8 MP y de 1,2 en la frontal. Para el modelo 6S han aumentado la resolución a 12 MP y 5 MP. Un cambio muy notorio. También graba vídeos en 4K (hay que activar esto en la configuración, ya que para no consumir tanta memoria, graba vídeos a 1080p HD a 30 cuadros por segundo –basta con ir a Ajustes-Foto y Cámara y cambiar la configuración deseada–). Pero la resolución no lo es todo y el procesador de imagen es mucho más rápido (lo que evita la demora en hacer foco y disparar) y cuenta con un software que suprime gran parte del ruido que pueda generar una resolución tan alta.
En condiciones de baja luminosidad, el 6S aprovecha mucho mejor la poca luz y dado que mi mujer llegaba ya casi de noche, las fotos a la pequeña de la casa son ahora más nítidas y cálidas que antes. Y a eso se le suma Live Photo. Esta configuración (tres círculos que aparecen en la parte superior de la pantalla una vez abierta la cámara y que están en tono amarillo si está activada) toman una fotografía, pero también graban un segundo y medio antes y el mismo lapso después de cada imagen. Para la madre, que cuando llega quiere pasar tiempo con su hija, pero también registrar momentos preciosos, esos tres segundos resultan ser una bendición. Las fotos tomadas en el modo Live Photo aparecen de modo normal en el álbum, pero cuando se hace presión sobre ellas, se ven esos segundos que imitan a Harry Potter y sus fotos mágicas.
Y aquí entra la mayor innovación, el 3D Touch. Apple ha construido un teléfono que detecta tres grados diferentes de presión (de ahí el nombre de esta tecnología) y no sólo es la varita que da vida a las fotos, sino que también añade minutos contantes y sonantes a las 24 horas diarias porque ahorra mucho tiempo. Ejemplos: basta con pulsar con un poco más de fuerza de lo habitual en cualquier app para que en ésta se abra un listado de las acciones más habituales. Si es cámara, propone hacer un selfie, grabar a cámara lenta, grabar un vídeo o hacer una foto. Si es en Safari, muestra la lista de lectura, los marcadores o abre una nueva pestaña. Y si es en mensajes, permite una vista previa de los mismos, algo que es muy agradecido si se recibe una notificación en medio de una reunión y no se sabe si es urgente o no. En este sentido, el 3D Touch nos ha hecho olvidar las claves de «si llama tres veces, cuelgo y vuelvo a llamar» «soy yo y es importante» y otras del estilo más sofisticadas. Todas las apps tienen sus atajos en este sentido y resulta ser una función que añade eficacia a las gestiones diarias: para mi mujer es mucho más sencillo ahora señalar una localización y enviarla, añadir eventos en la agenda o responder mensajes. Para lo que antes era necesario abrir apps, ahora bastan dos toques. Los diferentes modos de presión se convierten en un desafío para los desarrolladores de aplicaciones y juegos que ahora tienen un elemento más para sacar partido.
Por mi parte, todas estas funciones no eran tan necesarias y, debido a los viajes, me resulta más importante una batería algo más «longeva» (la del iPhone 6 Plus dura unas 24 horas con 3G, mientras que la del 6S llega a las 14 horas), una pantalla de mayor tamaño, supuestamente para las comunicaciones vía FaceTime, pero también para los juegos, para qué negarlo. Y porque en el fondo, estoy esperando a que llegue el iPhone 7, que tendrá cargador solar, el botón de inicio será un joystick, será flexible, sumergible y ya no tendrá esas líneas blancas.
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