París

Reporteros sin Fronteras denuncia la censura en internet

La Agencia de Seguridad Nacional (NSA) de Estados Unidos o el centro de escuchas y decodificación de los servicios secretos británicos (CGHQ) son algunas de las instituciones que figuran como «enemigos de internet» en el informe anual sobre la censura en la red de RSF publicado este martes.

En total, 31 instituciones figuran en el estudio en el que la organización defensora de la libertad de prensa ha sustituido a los países por organizaciones privadas o gubernamentales.

«Son instituciones poco conocidas pero a menudo están en el centro de los sistemas de vigilancia o censura de numerosos países», indica Reporteros Sin Fronteras (RSF) en su informe publicado con motivo de la Jornada Mundial contra la censura.

La organización apunta a tres instituciones de países democráticos, la NSA, el CGHQ y el Centro de Desarrollo de las Telemáticas de la India.

En el caso de las dos primeras, RSF señala que «han espiado las comunicaciones de varios millones de ciudadanos, entre ellos numerosos periodistas».

Con ayuda de programas sofisticados, estas dos agencias detectaron grietas en los materiales por los que transcurre la información a través de la red y piratearon «el corazón mismo de la red».

«Internet era un bien común y la NSA y el GCHQ lo convirtieron en un arma al servicio de intereses particulares, tragándose de paso la libertad de información, de expresión y el derecho a la vida privada», indica.

RSF denuncia que las prácticas de estas tres instituciones de países democráticos han servido para que otros como Irán, China, Turkmenistán, Arabia Saudí o Bahrein «justifiquen sus propios atentados contra la libertad de información».

Al igual que la NSA o el GCHQ funcionan las agencias gubernamentales de Etiopía, Arabia Saudí, Bielorrusia, Rusia o Sudán, que también «han sobrepasado su misión original de espiar para pasar a censurar».

Junto a las instituciones, la organización denuncia también a las ferias, foros internacionales o salones de armamento en los que se comercia con tecnología que puede servir para controlar la información en la red, tales como el ISS World, Technology Crime o el Milipol.

El informe repasa las prácticas contrarias a la libre circulación de información a través de internet auspiciadas por Gobiernos como Irán, que persigue crear un «internet halal» totalmente controlado por las autoridades, con asesoramiento de China, que posee su «gran muralla electrónica».

Pekín también ha prestado sus servicios de control de la red a otros países, como Zambia o Uzbekistán.

En China, Turkmenistán, Siria, Vietnam o Bahrein las autoridades poseen el monopolio del acceso a la red y no dudan en usarlo en beneficio propio interrumpiendo el acceso a las informaciones que consideran inadecuadas.

Estas prácticas rozan el ridículo, según RSF, en países como Somalia, donde la milicia islamista Al Shabab declaró ilícito el uso de internet en enero pasado y, al carecer de los medios técnicos para cortarlo, emitió amenazas a su uso a través de las redes sociales.

El informe revela también retrocesos en otros países, como Venezuela, donde el Ejecutivo de Nicolás Maduro censuró a través de la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel) el acceso a algunas webs y a las redes sociales.

En Turquía, RSF apunta a una ley que convierte a las empresas de acceso a internet en «instrumentos de censura y vigilancia» y en Francia señala que la nueva legislación de igualdad entre hombres y mujeres puede propiciar la desaparición de algunas páginas.