Opinión

Todos culpables

La sombra de la duda de un fraude fiscal resulta difícil de limpiar

Marta Robles. Premio de las Letras del Ateneo Mercantil de Valencia 2022
Marta RoblesATENEO MERCANTILATENEO MERCANTIL

Ahora que el caso del presunto fraude fiscal del novio de Ayuso se ha colado en las páginas de actualidad, recuerdo mi asombro, allá por el año 85, ante el título de un artículo de El País: "Para Hacienda, todos somos culpables". Yo, joven e inocente, lo consideré exageradísimo. Desde entonces hasta hoy, cuando "Hacienda somos todos" y todos entendemos que hay que pagar impuestos (aunque no siempre estemos de acuerdo con los que nos adjudican), es imprescindible para que un Estado democrático sea solidario, funcione y nos pueda ofrecer el bienestar que le pedimos, parece que ese "Para Hacienda todos somos culpables" sigue, sin embargo, perfectamente vigente. Los españoles llevamos diversas legislaturas pensando que Hacienda es el espacio desde el que los gobernantes cuecen sus venganzas para convertir en culpable a cualquiera, aunque sea a ojos de la sociedad. La máxima "el desconocimiento de la ley no exime de su cumplimiento", sumada a no adjudicar responsabilidad a los asesores fiscales, a quienes buena parte de los ciudadanos tenemos que recurrir para poder dedicarnos a otras cosas y en los que nos es obligatorio confiar, porque entre el papeleo, los plazos, la burocracia, los cambios de criterio y tantas cosas más, no nos enteramos de lo que tenemos que hacer y vivimos atormentados pensando que podemos perder un documento y con él hasta la honra, sirve para que Hacienda resulte tan terrorífica como para que muchos ni se defiendan cuando les señala (¡y eso que Hacienda pierde el 40 por ciento de los casos con los ciudadanos se atreven a ir a los tribunales!). ¿Por qué no lo hacen? Porque saben que la sombra de la duda de un fraude fiscal resulta tan difícil de limpiar, como fácil es filtrar desde Hacienda cualquier cosa, aunque sea ilegal…