Reforma de la Ley del Aborto

Tres apuestas por la vida

La «superviviente» de un aborto, una mujer que interrumpió su embarazo y otra que decidió seguir adelante con él reclaman mayor apoyo a la maternidad

Tres apuestas por la vida
Tres apuestas por la vidalarazon

Esperanza Puente Moreno, 46 años

abortÓ hace 18 años. Ha creado una asociación

«Los que me hicieron el aborto se largaron dejándome con los restos de mi hijo»

«O te tranquilizas o estamos aquí hasta mañana». Esperanza Puente Moreno repitió ayer la frase del hombre que le practicó un aborto hace 18 años. Hoy tiene 46, pero las imágenes del recuerdo de aquel día la siguen estremeciendo: «Veo que la situación no ha cambiado. Primero pagas y después te hacen la ecografía, a mí no me la enseñaron y me dijeron que no me preocupara. Luego te hacen el aborto, todo rapidito para que no pienses».

Sobre la tarima y ante cientos de personas narró su tragedia: «Cuando terminaron, el hombre y la mujer que lo hicieron se largaron dejándome los restos de mi hijo en una bandeja. Allí comprobé de primera mano que mi hijo era como ustedes o como yo».

Cree que los que se dedican a este negocio no tienen ningún respeto ni consideración con las mujeres. «El trato recibido es inhumano, no les preocupa cómo te sientes y si realmente estás o no convencida de lo que vas hacer».

No es la primera vez que Esperanza se sube a una tarima para compartir su experiencia. Lo hizo por primera vez en el 2005, en el Congreso Mundial de la Mujer (Pekín +10), organizado por la ONU, donde vio el fuerte «lobby» de los grupos pro aborto. «No hay interés de que esta situación se sepa. Estamos condenadas a vivir en silencio y soledad».

Dice que su herida ha sanado y que ha logrado reparar su daño contando su vivencia. Por eso se involucró en grupos que trabajan con mujeres que han pasado por lo mismo y durante cinco años fue la portavoz de la Fundación Redmadre (2007-2012). La próxima semana está previsto que registre su propia asociación a la que llamará «Voz post aborto». En su opinión, hay muy pocos psicólogos especialistas en este trauma. «Perder un hijo no es cualquier cosa. La culpa es lo más difícil de superar». «Las mujeres no queremos abortar, necesitamos el apoyo de las familias y ayudas de las administraciones públicas».

Esther Aranda, 39 años

Pensó en abortar pero decidió tener a su hija

«Estaba en una clínica a punto de abortar pero vi una fotografía de mis dos hijos y me marché»

«Era la cuarta en la sala de espera de aquella clínica abortista. Mientras aguardaba mi turno, escuchaba a mi alrededor las conversaciones de las demás pacientes que habían acudido con la intención de abortar. Había chicas jóvenes, para las que aquello parecía un mero trámite. Algunas comentaban dónde irían a comer después de la "gestión"o qué calzado querían comprar. Yo estaba hecha polvo. Finalmente, una enfermera pronunció mi nombre en alto: había llegado el momento. Bebí agua y –aún sigo sin saber por qué– cogí mi monedero. Al abrirlo, lo primero que vi fue una fotografía de mis dos hijos. Fue entonces cuando me di cuenta de que no sólo no podía acabar con la vida que se gestaba en mi interior, sino que tampoco podía arrebatarle a ellos a su nuevo hermano. Di marcha atrás. Me levanté, me dirigí hacia la puerta y cuando alcancé la calle vi una luz intensa. Eso era la vida –pensé– y no lo que había en aquella clínica». Éste es el relato de cómo Carlota, de 19 meses, se convirtió, junto a Alejandro (seis años) y Noelia (cinco años), en el tercero de los hijos de Esther Aranda, una de las personas que intervino ayer en la concentración «Sí a la vida» de Madrid. «No me imagino la vida sin Carlota. A veces la miro y siento pena por lo que pude haber hecho. Algún día le contaré su historia para que sea consciente de lo importante que es la vida», reconoce Esther a LA RAZÓN. Cuando Esther pensó en abortar, atravesaba una situación difícil: «No tenía pareja ni tampoco trabajo; de no haber sido por mis padres, habría estado sola». Pese a todo, Esther no renunció a la vida. «No conozco a ninguna madre que se arrepienta de haber dado a luz, de escuchar a su hijo y verle sonreír cada día».

Remedios Losada, 39 años

«Superviviente» de un aborto

«Una doctora evitó que mi madre me abortase. Siempre hay alguna opción»

Remedios Losada, de 39 años, es trabajadora social y tiene dos hijos mellizos: Joel y Caleb, de tres años. Nada de lo que le ha pasado en su vida a Remedios hubiera ocurrido si no fuera porque la doctora que estaba a punto de practicarle a la madre de Remedios un aborto se hubiera negado en el último momento. «No lo entiendo, he tratado a un montón de pacientes, pero a ti no te lo puedo hacer», le dijo la doctora. Remedios festejó ayer ante los asistentes ser una sobreviviente del aborto. Y compartió lo atropellado de su nacimiento: su madre, con un esposo alcohólico, decidió abortar a su quinto hijo (Remedios). Después de su intento fallido en la clínica, tomó pastillas supuestamente abortivas, que no funcionaron. Y cuando iba a nacer Remedios, su padre condujo el coche camino al hospital y se accidentaron, pero salieron ilesos. Remedios finalmente nació con una malformación en el brazo izquierdo por los intentos de aborto. «No guardo rencor a mi madre. Ella es una mujer muy luchadora», reconoció Remedios a LA RAZÓN. Ahora tiene claro que nunca se debe acabar con la vida de un no nacido porque «un embarazo siempre es una buena noticia». A todas la embarazadas que piensan en abortar, les envió un mensaje: «Que no opten por la salida más rápida, deben enfrentarse a la situación, porque siempre existe alguna opción». Remedios incluso cantó ayer sobre el escenario para exaltar que «la vida llama a la vida y no hay que interrumpir su curso».