Caridad
¿Un Estado sin su labor social?
- ¿Por qué la presentación de este año la han realizado los agentes que realizan la labor social de la Iglesia?
–Este año hemos hecho un gran esfuerzo. Hemos querido que la memoria sea un acto que llegue a todos y que se pueda visualizar lo que hace la Iglesia. Por eso los protagonistas han sido ellos: los catequistas, los religiosos y todas las personas que forman parte de la labor social de la Iglesia.
- ¿Es posible estimar, en cifras generales, el dinero que ahorra la Iglesia al Estado?
–Sé que son más de 10.000 millones de euros, pero es imposible calcular la cifra exacta. Prefiero no decir ninguna cifra concreta. Creo que eso lo debe estimar una consultora independiente y externa a la propia Iglesia. Estamos buscando a alguien que esté dispuesto a hacerlo.
- ¿Qué le sucedería al Estado si toda la labor social que realiza la Iglesia desapareciera?
–Tendríamos un gravísimo problema. La inmensa mayoría de las residencias de ancianos sin recursos, comedores sociales, centros de tutelas de la infancia o centros que atienden a enfermos terminales están en manos de la Iglesia. Además, gran parte de la educación está promovida por centros de la Iglesia. Sería un desastre.
- A pesar de que la Iglesia ahorra al Estado un gasto de miles de millones, ¿por qué hay personas que piensan que la Iglesia posee ciertos privilegios?
–Porque no se leen los papeles. La Iglesia cuenta con el mismo régimen fiscal que otras fundaciones como ONCE o Cruz Roja. Están equiparados en un régimen de igualdad respecto a las demás. A pesar de que su régimen de aportación a la sociedad es muy superior al de algunas de esas entidades.
- ¿La crisis le ha dado una mayor credibilidad a la Iglesia?
–Creo que en momentos de crisis es cuando la gente se preocupa más por los temas importantes del hombre. Es entonces cuando sale a flote lo mejor de las instituciones y del propio ser humano. En éste momento de crisis, como no podía ser de otra manera, es también el gran momento de la Iglesia.
- Se suele «atacar» a la Iglesia por los ingresos que recibe a través del IRPF. Sin embargo, si uno va a las cuentas de los ingresos que reciben éstos son sólo una pequeña parte.
–De los ingresos que recibe la Iglesia, sólo una cuarta parte procede del dinero de los contribuyentes, que no es el Presupuesto General del Estado. Es decir, procede de personas que así lo han decidido. Si los contribuyentes quisieran que la Iglesia no recibiese nada, no recibiría nada. Al contrario de lo que ocurre con otras instituciones, que cómo es lógico reciben otras ayudas.
- En las últimas semanas se está hablando mucho de los referendos y la Iglesia se somete cada año a un referéndum económico.
–Todos los años la Iglesia se presenta a examen y cada año podemos decir con satisfacción que nueve millones de contribuyentes deciden apoyarla con una declaración personal y única, marcando la casilla de la Iglesia. Así reconocen la labor que lleva a cabo.
*Vicesecretario para Asuntos Económicos de la Conferencia Episcopal Española