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Un nuevo seísmo frente al Delta del Ebro aumenta la preocupación entre los vecinos

El terremoto registrado esta madrugada frente a la costa de Tarragona y Castellón, de mayor intensidad que los registrados hasta ahora, ha disparado la inquietud de los vecinos y los ayuntamientos, que no disponen de planes de actuación en caso de seísmos.

La costa de las Tierras del Ebro y el norte de Castellón ha notado el nuevo seísmo, de 4,2 grados en la escala de Richter, que ha superado todos los anteriores desde que los trabajos en el almacén de gas Castor, frente a la costa de Vinaròs, dispararon la serie sísmica en la zona.

El terremoto ha superado en 3 décimas el sentido la madrugada anterior, y "subir tres décimas en la escala Richter equivale a una potencia aproximadamente tres veces mayor", asegura Carmen Olivera, jefe de la Unidad de la Red Sísmica del Insitut Geològic de Catalunya (IGC).

El seísmo no ha causado daños, pero ha hecho hervir de nuevo las redes sociales, donde se hace patente hasta qué punto se ha disparado el miedo entre los ciudadanos de la zona.

Paquita Roig, de Alcanar, lo describía así: "esta madrugada concretamente a las 05:33 he notado otro movimiento sísmico muy perceptible, he salido al balcón y he visto a otro vecino que también lo ha notado. Estoy en un segundo piso , no se ha caído nada ni hemos sufrido ningún desperfecto, pero me he asustado bastante. Ya son dos días seguidos con estos temblores".

Lo que más parece extrañar a los expertos es que se haya producido esta importante revitalización de la actividad sísmica en la zona pese a que el 16 de septiembre se detuvo la inyección de gas en el almacén de gas natural Castor, frente a las costas de Vinaròs (Castellón).

El proyecto Castor, con una inversión de 1.200 millones de euros, trata de aprovechar un antiguo pozo petrolífero a 1.750 metros de profundidad bajo el nivel del mar para suministrar hasta un tercio de la demanda de gas del sistema.

Los expertos consideran que la inyección de gas puede haber provocado la oleada de seísmos (más de 300) que se ha producido desde principios de septiembre, la mayoría de baja intensidad. El Ministerio de Industria ordenó el pasado 26 de septiembre el cese temporal de la actividad de extracción de gas en la planta.

La intranquilidad en los ayuntamientos de la zona también aumenta ya que no disponen de ningún plan municipal de emergencias por movimientos sísmicos, aunque la Generalitat a través de Protección civil sí que dispone de un Plan Especial de Emergencias Sísmicas de Cataluña (SISMICAT).

"Estamos muy preocupados", ha explicado el concejal de Urbanismo de Alcanar, Manel Martí, "si aumenta de intensidad no sabemos cómo deberíamos actuar, nadie nos ha dicho nada, no nos han dado ninguna explicación y el miedo va aumentando. Tenemos escuelas, instituto, un centro de gente mayor y nadie ha venido a explicarnos cómo deberíamos actuar ni disponemos de ningún protocolo de actuación a nivel municipal".

Por su parte, la Plataforma en Defensa de las Tierras del Sénia ha avanzado que se pondrá en contacto con los ayuntamientos de La Ràpita, Vinarós y Benicarló, además del de Alcanar, "para coordinar un protocolo de actuación conjunto en caso que los movimientos sísmicos aumentan de intensidad", ha explicado su portavoz Evelio Monfort.

Monfort recuerda que "bajo el depósito donde se ha acumulado gas colchón existe una falla sísmica". "Si los movimientos aumentan de intensidad y se abre todo puede hundir la plataforma y tener consecuencias medioambientales", añade.