Maltrato animal
Una asignatura pendiente
Matar perros y gatos sólo por haber sido abandonados dice muy poco de una sociedad civilizada. En España cientos de miles de animales de compañía han sufrido el trágico castigo de ser eliminados bajo la cobertura legal de las respectivas leyes de protección de los animales que permiten el sacrificio. Quienes tienen la responsabilidad de aplicar la normativa, en lugar de desplegar las medidas necesarias para reducir el abandono y ofrecerles una segunda oportunidad, han optado por seguir incrementando este holocausto. La protección de los animales no puede depender sólo del esfuerzo y voluntad de protectoras que, en muchos casos, se encuentran en situación de frustración y desamparo tratando de defender la vida y el bienestar de sus animales acogidos, mientras que los municipios eluden su responsabilidad y se muestran indiferentes al destino de vida o muerte, de bienestar o malestar. El sacrificio cero se impone como una necesidad moral y como un imperativo legal que obligue a poner en práctica todos los mecanismos disponibles para lograr una mejora significativa en esta problemática y que pasan por la obligación de la identificación y la placa identificativa en sus collares, unido al correspondiente control por parte de las autoridades. El censo y la creación de un Registro General de Animales de Compañía que facilite la localización de quienes abandonan y favorezca su recuperación en caso de pérdida. También son necesarias la esterilización para frenar la sobrepoblación, incentivar la adopción, la sensibilización y la información. Programas educativos en las escuelas, prohibición de exhibir los animales en los escaparates, inspección y control de las importaciones y criaderos, aplicación de las sanciones por maltrato y abandono, estimular la figura del voluntariado y colaboración con los centros de acogida para que sean próximos a la ciudadanía y se sientan atraídos a visitarlos. Todos son necesarios para alcanzar el sacrificio cero. Prevenir, no matar y tener claro que la ley debe garantizar la integridad y el bienestar de los animales y frenar la irresponsabilidad de los ciudadanos que los abandonan, porque su actitud comporta sufrimiento, esfuerzos y un coste económico y moral para la sociedad. Así lo entendimos en ADDA hace muchos años, abogando por el cambio de la ley del no sacrificio existente en Cataluña. Felicitamos a LA RAZÓN por esta iniciativa que sin duda será secundada en su transversalidad.
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