Opinión

La zorra y el cante

La canción de la zorra es una forma más de enseñar al mundo nuestro lado chapucero

Actuación de Nebulossa
Actuación de NebulossaRTVE

En verdad no puedo decir que haya oído la canción que irá al certamen europeo de canciones y artistas, ese Eurovisión que hace tantos años era un acontecimiento musical. Entonces –y sin ánimo de ser añorante-, iban artistas consagrados representando a su respectivo país. Hoy va cualquier chiquilicuatre, dicho con fundamento puesto que hace algunos años un individuo denominado a sí mismo de esta forma representó a nuestra pobre España que ya ni es capaz de desarrollar cantantes de una máxima solidez como Julio Iglesias, Massiel o Mocedades, a quienes recordamos como referentes musicales de nuestra niñez. Aquí, hoy día, no hay referentes de nada, no hay paradigmas, no hay modelos a imitar porque todo es ridículo y grotesco, prima hablar malsonante y ser maleducado confundiendo todo esto con lo chistoso. Las palabras que chirrían en nuestros oídos suenan por todas partes, quiero decir, en los medios de comunicación podemos oír los tacos más agresivos, esos que nos hacen destilar un hilito de sangre por nuestras orejas sin que nadie ponga un poco de orden ni avisen a los radiofonistas ni a los bustos de las televisiones que pulan un poco el vocabulario, que se puede ser contundente sin necesidad de agredir nuestras trompas de Eustaquio. No es que una sea monjil o estrecha, es que existen palabras bellísimas en nuestro idioma, esas que se deberían manejar con más frecuencia porque ya el panorama está suficientemente feo como para oscurecerlo todavía más con frases que hacen que todo parezca más cutre. La canción de la zorra es una forma más de enseñar al mundo nuestro lado chapucero, nuestra situación achatarrada, de echar hacia afuera el feísmo que la sociedad lleva dentro. Algunos nos excluimos, no queremos que nos echen al mismo saco porque amamos la belleza y el sentir de los trovadores, modelo Aute, Serrat o el Sabina de antes. También la elegancia de los chansonniers tipo el ya mencionado Julio Iglesias, Aznavour o Edith Piaf, sin dejar atrás a Bono, Lennon, Freddie Mercury y así hasta el infinito, pero de eso ya no queda.