Tecnología

Sí, es posible asesinar a alguien mediante un ataque informático

Seguramente, esto parezca sacado de algún capítulo con poca gracia de 'Black Mirror', pero la realidad es que ya se están tomando medidas para evitar situaciones de este tipo

Si tenemos conocimiento de cualquier comportamiento que atente contra nuestra intimidad, lo primero que debemos hacer es recabar “pruebas de cargo” | Fuente: Pixabay
Si tenemos conocimiento de cualquier comportamiento que atente contra nuestra intimidad, lo primero que debemos hacer es recabar “pruebas de cargo” | Fuente: PixabayPixabayArchivo

Sí, es posible asesinar a alguien mediante un ataque informático. Así de rotunda y directa resulta esta afirmación. No hace falta divagar si contamos con los medios necesarios para llevarlo a cabo o si éstos se encuentran al alcance de cualquiera de nosotros. En cualquier caso, la respuesta sigue siendo afirmativa. Seguramente, esto parezca sacado de algún capítulo con poca gracia de Black Mirror, pero la realidad es que ya se están tomando medidas para evitar situaciones de este tipo.

Tan sólo tenemos que echar la mirada unos años atrás para darnos cuenta. En concreto, en 2008, la revista Popular Science reveló algo que provocaría alguna que otra reacción política: investigadores de las universidades de Washington y Massachusetts habían logrado piratear un marcapasos y, lo que es peor aún, manipular sus funciones. ¿Esto que quiere decir? Pues que, de esta forma, sería posible modificar sus velocidades, hasta el punto de acelerarlo o detenerlo de golpe, acabando así con la vida de su portador.

A esta misma conclusión tuvo que llegar Dick Cheney, vicepresidente estadounidense, que inmediatamente ordenó desactivar la conexión wifi del suyo propio para evitar un futuro hackeo que pudiera matarle. Pero no es la única vía posible. Hay otras, incluso, que son más radicales. Así lo adelantó, cuatro años después, Barnaby Jack, un famoso pirata informático de 35 años conocido por difundir formas de matar a un hombre a 10 metros de distancia interfiriendo electrónicamente en varios de los dispositivos que le mantienen con vida. ¿Cómo? Provocando descargas eléctricas.

Tras las polémicas declaraciones de Jack, que falleció en julio de 2013 justo antes de la celebración del Black Hat de Las Vegas, comenzaron a aparecer versiones similares, así como otras tantas que ponían en jaque a los sistemas de seguridad de hospitales y centros médicos. Tal el caso de ciberdelincuentes que podían acceder a los historiales privados de cada paciente, conocer los fármacos administrados a cada uno de ellos y, posteriormente, cambiarlos por otros que pudieran afectar negativamente a su salud. Con el fin, claro, de provocar reacciones adversas e incompatibles con la vida.

Aunque todo esto suene a ciencia ficción, la verdad es que a día de hoy existen grandes sistemas de protección en las instituciones sanitarias que hacen creer que las probabilidades de que estas situaciones se produzcan son muy escasas. Pero no hay que olvidar que muchos de los objetos que usamos habitualmente son susceptibles de ser manipulados a través de internet. El caso más extremo es el que demostraron, hace justo una década, un grupo de ingenieros de la Universidad de Birmingham: es posible abrir y arrancar coches sin necesidad de usar las llaves originales y, aún más, acceder al sistema de navegación. Esto implicaría que sería posible acelerar su motor al gusto de hacker e, incluso, desactivar sus frenos.