Turismo espacial

¿Cómo sería visitar Oumuamua?

Hacer pie en este vagabundo estelar no sería imposible, pero si muy complicado. El gran desafío sería mantenerse allí por mucho tiempo

Superficie del cometa 67/Churymov-Gerasimenko, captada por la sonda Rosetta
Superficie del cometa 67/Churymov-Gerasimenko, captada por la sonda Rosettalarazon

Los misterios que rodean a Oumuamua, cuyo nombre real es 1I / 2017 U1 han provocado ríos de tinta y se ha dicho que era una nave extraterrestre, que es un vagabundo estelar y que formó parte de un antiguo planeta. La realidad es que viaja por el espacio a una velocidad que casi triplica la de nuestro planeta: 315.000 km/h. Así, el primer obstáculo sería llegar hasta Oumuamua. Afortunadamente contamos con la Sonda Solar Plus. Vale, no está preparada para llevar a humanos, pero tras su lanzamiento en 2018, ha alcanzado una velocidad de 724.000 km/h. Lo cual hipotéticamente nos permitiría acercarnos a este objeto espacial. El problema, el primero de ellos, es que no sabemos su composición ni su tamaño exacto, que podría oscilar entre los 100 y los 1000 metros de largo y los 35 y los 170 de ancho. Es casi un cigarro navegando por el cosmos. Pero... si pudiéramos, ¿cómo sería visitar Oumuamua?

En cuanto a su composición, en noviembre de 2019, un estudio liderado por Eirik Flekkøy, físico de la Universidad de Noruega, señaló que podría tratarse de un cuerpo esponjoso formado por polvo y granos de hielo. Pero debido a la distancia a la que se encontraba, su composición no ha sido confirmada aún. Y lo más probable es que no lo sea nunca.

Hasta la fecha, lo que sabemos sobre hacer pie en un cometa se lo debemos a la la sonda Philae de la Agencia Espacial Europea que en noviembre de 2014 se posó sobre el cometa 67P/Churiumov-Guerasimenko. La primera diferencia es que este cometa es mucho más grande que Oumuamua y la segunda es que su composición es rocosa. Así, aunque poca, 67P tiene algo de gravedad… Oumuamua podría ser una sucursal del espacio vacío en este sentido ya que su tamaño y su posible composición de granos de hielo haría que su gravedad fuera nula, algo que explicaría su forma tan extraña.

“La razón por la que este tipo de cuerpos son tan irregulares es porque su gravedad es muy baja – explica Althea Moorhead, experta en meteoritos del Centro Marshall de Vuelos Espaciales de la NASA –. Creo que sería extraño vivir en un cometa por esa razón. Así dependiendo de dónde nos encontremos la gravedad, aunque leve, nos atraerá hacia abajo, pero la forma del cometa puede que también nos incline hacia un lado”.

Para que nos demos una idea de la gravedad en un cometa: si pudiéramos hacer pie sobre el más famoso de ellos, el cometa Halley y dejáramos caer un objeto desde la barbilla, tardaría dos minutos en tocar el suelo.

“Su gravedad es tan baja – añade Moorhead – que si en la Tierra puedes saltar 20 centímetros, en el cometa Halley entrarías en órbita y ya no podrías regresar”. Por lo tanto el mayor problema no sería tanto llegar hasta él sino anclarse a su superficie para no salir volando al primer paso… O al primer estornudo. También está prohibido chocar los cinco: el impulso nos lanzaría fuera de Oumuamua.

Finalmente cuánto tiempo aguantaríamos allí, en un balcón de apenas 1000 metros de largo, como mucho cuya gravedad es tan baja que si rota y nos encuentra mal ubicados, nos puede despedir de la superficie. “Por las vistas”, podría ser la respuesta. El problema es que si Oumuamua tuviera una cola, como la de otros cometas, lo que veríamos sería muy parecido a lo que nos ofrece el interior de un coche con los cristales empañados viajando a 120 kilómetros por hora. Pese a todo ello, la tentación es grande, pero el riesgo de dar un salto de alegría es demasiado alto. Literalmente.