Telepatía bluetooth
Hackean el cerebro de las moscas para controlar sus alas de forma remota
La investigación ha sido financiada por la agencia militar DARPA
¿Estamos un paso más cerca de controlar a distancia los cerebros humanos? De acuerdo con un estudio revisado por pares publicado en la revista Nature Materials, es posible que lo hagamos. De hecho, el líder del estudio, Jacob Robinson de la Universidad Rice señala en un comunicado que “el control remoto de circuitos neuronales es algo así como un santo grial para las neurotecnologías. Nuestro trabajo da un paso importante hacia ese objetivo porque aumenta la velocidad del control magnético remoto, acercándolo a la velocidad natural del cerebro”. La tecnología desarrollada por Robinson activa los circuitos neuronales unas 50 veces más rápido que la mejor tecnología desarrollada hasta la fecha. Gracias a ello lograron hackear el cerebro de moscas para controlar sus alas de forma remota.
El equipo de Robinson, formado por expertos en ingeniería genética, nanotecnología e ingeniería eléctrica, primero creó moscas genéticamente modificadas que expresan un canal iónico en su cerebro sensible al calor. Al estimularlo los insectos extendían sus alas. Luego, inyectaron en el cerebro de los insectos nanopartículas magnéticas de óxido de hierro, que se calientan rápidamente en presencia de una carga magnética. Al encender un campo magnético, los científicos pudieron calentar esas nanopartículas de óxido de hierro y, a su vez, esos iones específicos de alas sensibles al calor y los insectos desplegaban las alas.
En otras palabras, el estudio mostró que en medio segundo después de que un humano hiciera clic en un botón, los insectos desplegarían sus alas. Es un truco básico, pero una prueba de concepto interesante en para animales alterados controlados por tecnología.
Los investigadores tienen la esperanza de que este nuevo éxito con células dirigidas genéticamente cambie las reglas del juego para estudiar la función del cerebro humano. Podría conducir a nuevos tratamientos para una serie de enfermedades neurológicas e incluso a nuevos dispositivos de comunicación cerebro-máquina.
“Para estudiar el cerebro o tratar trastornos neurológicos, la comunidad científica está buscando herramientas que sean increíblemente precisas, pero también mínimamente invasivas”, añade Robinson .
Este experto es el investigador principal del proyecto MOANA del ejército estadounidense financiado por DARPA y cuyo objetivo es crear auriculares inalámbricos que, a través de medios no quirúrgicos, faciliten la comunicación de cerebro a cerebro.Estos cascos podrán decodificar las neuronas en la mente y luego descargar esa información en la mente de otro. Esencialmente telepatía Bluetooth.
Pero incluso con millones del Departamento de Defensa respaldándolos, Robinson dice que esa meta aún está lejos.
“Para llegar a la precisión natural del cerebro, probablemente necesitemos obtener una respuesta de unas pocas centésimas de segundo – concluye– . Todavía hay mucho camino por recorrer”.
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