Ciencia y Tecnología
Los más de 300 usos de los drones
Importantes empresas de mensajería están realizando pruebas para ver la viabilidad del reparto a domicilio con estas aeronaves.
Importantes empresas de mensajería están realizando pruebas para ver la viabilidad del reparto a domicilio con estas aeronaves
La industria de los drones se encuentra en la pista de despegue. Hay constancia de más de 300 usos, aunque las aplicaciones no comerciales pueden englobarse en los ámbitos de la agricultura de precisión y medioambiente, infraestructuras y minería, audiovisual, seguros, seguridad y emergencias, y transporte o logística. En otro plano distinto se situaría el uso estrictamente lúdico.
En cuanto a la publicidad, cine y televisión se refiere, algunos drones retransmiten eventos deportivos. En el sector agrícola, a través del uso de cámaras multiespectrales, es posible anticiparse al ataque de una plaga sobre un cultivo, conocer el estrés hídrico o el rendimiento esperado de la cosecha. Por otra parte, son muy útiles para realizar levantamiento de mapas en 3D mediante fotogrametría y efectuar mediciones de cuencas de ríos, excavaciones en canteras o contabilizar árboles en reforestación de montes.
Además, durante el pasado verano varias empresas hicieron pruebas reales para utilizar drones como socorristas, de modo que pudieran transportar un salvavidas para llegar más rápido hasta un bañista en apuros –ya se han usado en labores de búsqueda de personas desaparecidas en zonas de difícil acceso–. También se utilizaron para detectar bancos de medusas y alertar a los bañistas con suficiente antelación del riesgo.
Carlos Reynolds, CEO de Adqando & Guidellers, asegura que en cuanto se permita el uso nocturno –ahora sólo está autorizado de día y en condiciones meteorológicas visuales– seguramente se comiencen a utilizar para vigilar con cámara de visión nocturna fronteras, polígonos y determinadas edificaciones de especial interés.
Si bien es cierto que importantes empresas de mensajería están realizando pruebas para ver la viabilidad del reparto a domicilio con estas aeronaves, también lo es que «ya hay prototipos que pueden llevar personas de un lugar a otro de manera autónoma». Reynolds destaca que, en un futuro no muy lejano los drones autónomos, serán parte de nuestro paisaje urbano. «Es muy probable que nos ayuden en tareas de control de tráfico (radares) o nos asistan en un accidente (ya hay drones ambulancia que transportan desfibriladores)». Actualmente se permite el uso hasta una altitud máxima de 400 pies, pero el CEO de Adqando & Guidellers revela que sobrevolarán nuestro espacio aéreo para llevar nuestras compras, medicamentos o lo que necesitemos en el menor tiempo posible.
2.258 operadores
En España, desde finales de 2014 se han dado de alta más de 2.000 empresas operadoras de RPAS. Es decir, una media de 750 compañías al año. Y si hace unos meses sólo se facturaba por media jornada o jornada completa, «ya hay empresas que ofrecen sus servicios por horas y a unos precios realmente competitivos». Reynolds revela que en nuestro país «aún estamos en pañales. El papel de las administraciones será muy importante para que las empresas puedan desplegar o no sus alas y desarrollar todo su potencial para despegar».
Hoy en día, hay 2.258 operadores de RPAS habilitados por la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA), desde donde indican que, aunque no exista un registro de RPAS de uso lúdico en España, el número de ellos de uso profesional que registran los operadores habilitados actualmente supera las 3.000 aeronaves. Fuentes consultadas afirman que «los drones deben poder integrarse en espacio aéreo no segregado con el resto de aeronaves tripuladas y operar en zonas donde haya aglomeraciones de edificios en ciudades, pueblos y lugares habitados».
A la hora de señalar las principales barreras que podrían limitar la masificación del uso de estas aeronaves, desde AESA indican que «si el sistema no es seguro, el crecimiento del sector tampoco lo será. Y para garantizar esa seguridad es necesaria una norma común a nivel internacional, o al menos europeo. Los profesionales, y los que los usan como ocio, deben ser conscientes de que los drones no son juguetes. Son aeronaves que tienen que compartir el espacio aéreo y no pueden poner en peligro a terceros».
Por su parte, Javier Galera, fundador del portal de noticias sobre aviación no tripulada ToDrone, sostiene que en España se trata todavía de un sector muy incipiente, atomizado y escasamente profesionalizado; que en términos económicos y de creación de empleo la aportación será marginal y muy centrada en sectores o actividades de nicho; y que los drones aportarán valor en procesos muy concretos, «no en todos». Remarca que el principal reto al que ha de hacer frente el negocio es el de la seguridad. Y resalta que la masificación será una etapa más en el desarrollo del sector, a la que sobrevendrá un periodo de concentración de operadores y desaparición de otros.
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