Olimpismo

Robots esquiadores en los Juegos de PyeongChang

Un grupo de robots humanoides de más de 50 centímetros de altura, pertenecientes a ocho equipos, competirán en una prueba paralela

Un modelo de robot esquiador
Un modelo de robot esquiadorlarazon

Un grupo de robots humanoides participará este fin de semana en una competición de esquí que coincidirá prácticamente con el arranque de la competición deportiva ‘real’ en los Juegos de invierno de PyeongChang, que se inaugurarán este viernes en la citada localidad surcoreana.

Durante las jornadas del sábado y del domingo -el día en el que el descenso masculino abrirá en JeongSeon la competición de esquí alpino, el deporte rey invernal- un grupo de robots humanoides de más de 50 centímetros de altura, pertenecientes a ocho equipos, competirá en el Welli Hilli Park de HoengSeong.

Los robots esquiadores pertenecen a equipos de cuatro Universidades -las de Kookmin, Myongji, Hangyang y la Nacional de Kyungpook- y de cuatro compañías: Seoul Tech., MINIROBOT Corporation, KAIST y KIRO, según informó la organización de los terceros Juegos de invierno que tendrán lugar en Asia, después de los que organizó Japón en Sapporo (en 1972) y Nagano (1998).

Los enviados especiales a la región de Gangneon -en el norte del país, a unos cien kilómetros de la zona desmilitarizada (DMZ) que la separa las dos Coreas-, que albergará la XXIII edición de los Juegos Olímpicos de invierno, se topan frecuentemente con diversos robots, en una nación siempre puntera en ámbitos tecnológicos.

De tal forma, en la Villa de Medios los robots informan sobre los horarios de desayunos, comidas y almuerzos; así como -de momento- del programa de entrenamientos (al que a partir del sábado se unirá el de competición).

También lo hacen los que pululan por las zonas del Centro de Prensa Principal (MPC en inglesas siglas), que, además, se dedican a las tareas de limpieza.

Otros robots han pintado murales en el Estadio Olímpico de PyeongChang, sede ‘principal’ de unos Juegos en los que también estará muy presente, en la zona costera que da al Mar de Japón, Gangneung. Localidad que albergará la mayoría de las competiciones de hielo, incluido el patinaje artístico, en el que España tiene puestas todas sus esperanzas en Javier Fernández.

Los hay que ejercerán de traductores, otros ofrecerán bebidas y otro grupo de ellos se dedicará a ofrecer información de las competiciones olímpicas en tiempo real.

Los Juegos se organizan (también) para proyectar la imagen de una nación al mundo; y, de momento, los de PyeongChang marcarán un hito en lo que al empleo de la robótica en citas olímpicas se refiere.

Prueba de ello es que a las cuatro y media del pasado lunes 11 de diciembre, un robot humanoide de la sección de Daejeon de la empresa KAIST efectuó uno de los relevos de la antorcha olímpica cuyo fuego servirá para encender el viernes el pebetero de los Juegos de PyeongChang.

El ‘último grito’ de entre los robots que ha presentado la organización de los Juegos surcoreanos es uno con forma de pez -de 53 centímetros de largo y algo más de dos kilos y medio de peso-, que es capaz de reconocer obstáculos y nadar hasta a cinco metros de profundidad. Con autonomía de treinta horas, siempre que, previamente, se cargue su batería durante cinco.

También hay un comité de bienvenida integrado por robots humanoides que recibe a los visitantes con ramos de flores. Otro de los modelos es capaz de reconocer y guiar en cuatro idiomas: coreano, inglés japonés y chino.

Y, por supuesto, la mascota de los Juegos, Soohorang -un tigre blanco coreano-, también tiene su versión robotizada. Se mueve cuando se le acerca un humano, al que puede guiar con voz y gestos.

Causará, sin duda, furor entre el público, que podrá sacarse fotos de recuerdo como ‘souvenir’ de esta cita olímpica junto a su nuevo amigo.

Aunque el más habitual con el que se topan los enviados especiales es, obviamente, el que ejerce de ‘asistenta’ en la zona del Centro de Prensa. Se mueve a una velocidad de 40 centímetros por segundo y limpia un total de 900 metros cuadrados en una hora.

Se puede afirmar, por tanto, que trabaja bastante más que algunos periodistas ya presentes en zona olímpica. A los que advierte verbalmente de su presencia mientras aspira las moquetas de los pasillos aledaños a las salas de prensa.

La tecnología avanza a velocidades de vértigo y el fin de semana, unos robots disputarán una competición de esquí en la zona olímpica de los Juegos de PyeongChang. Lo que queda por ver es si sabrán hacerlo mejor que el austriaco Marcel Hirscher o que las estadounidenses Lindsey Vonn y Mikaela Shiffrin, las grandes estrellas del esquí alpino en la actualidad. EFE