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Vivir ojo avizor

Inmaculada Sánchez Ramos es Directora de Aprendizaje Digital y Gestión del Campus Virtual en la Comunidad de Madrid

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Aprender ya no es una actividad, es una actitud

En la era digital, en relación al aprendizaje, han cambiado muchas cosas. De hecho, ha cambiado sustancialmente esta faceta de nuestra vida en todos sus aspectos. Ha sufrido una fuerte transformación en el QUÉ, en el CÓMO, en el DÓNDE y en el CUÁNDO y, sobre todo, en el CON QUÉ FRECUENCIA aprender. Vamos a reflexionar sobre cada uno de estos aspectos de nuestro aprendizaje.

El QUÉ. Es imprescindible que toda la población, no solo los trabajadores en calidad de ello, adquiera las denominadas competencias digitales y, para ello, es necesario entrenarse en ellas. Estas competencias pasan por saber buscar, producir y manejar la información en el mundo digital, es decir, básicamente, en Internet. Utilizar herramientas de búsqueda de información, enviar correos electrónicos, enviar y recibir WhatsApp, saber buscar mapas mediante un Smartphone. Otro gran bloque de competencias digitales corresponde, a tener claro, cómo convivir en el mundo digital y por tanto habrá que conocer unas normas claras de cortesía en la red, llamadas netiqueta, tener un comportamiento ético respetando la autoría de las obras creadas y para ello conocer las licencias del mundo virtual, saber cómo respetar los datos de los otros, etc. Será necesario desarrollar destrezas en el modo de comunicarnos con otros en este universo. Es decir, hemos de aprender el uso de una serie de herramientas del ámbito digital y, sobre todo, desarrollar unas destrezas que acompasen a vivir plenamente en dicho “universo virtual”, generando hábitos “higiénicos” para manejarse en el mismo.

El CÓMO. Es obvio que podemos adquirir estos conocimientos con métodos tradicionales, pero hoy en día las TIC´s nos permiten utilizar, adicionalmente, lo que se ha dado en llamar los Ecosistemas Digitales de Aprendizaje o, como se los conocen, las plataformas de formación. Detengámonos un momento en analizar que nos aportan de más. En ellas, se puede utilizar el juego como recurso educativo o usar recursos didácticos muy sofisticados, tales como los vídeos interactivos, los gráficos en tres dimensiones que ayudan a visualizar, por ejemplo, las estructuras anatómicas complejas, las simulaciones, etc. Éstas últimas posibilitan el conocido “learning by doing” -aprendizaje haciendo- que tiene una alta aplicación en el mundo industrial a la hora de “entrenarse”, por ejemplo, en el uso de maquinaria industrial compleja. Estas plataformas también posibilitan el intercambio de información entre los usuarios para generar conocimiento común, como si de la construcción conjunta de un muro se tratase, con la aportación de ladrillos por parte de los diferentes participantes.

El DÓNDE y el CUÁNDO. La formación on-line o “e-learning” tiene como ventaja esencial que se puede acceder a ella desde cualquier lugar y en cualquier momento y, si está en abierto, tantas veces como precise cada alumno. Hoy en día a estos atributos se le une también el de desde cualquier dispositivo.

El CON QUÉ FRECUENCIA. La reflexión relativa a este aspecto del aprendizaje es sencilla, simplemente decir que hay que estar continuamente aprendiendo. La velocidad de los cambios es inmensa y la consecuente necesidad de actualizarse es un continuo durante todas las etapas de la vida. Es más, el aprendizaje ha de estar tan embebido en nuestro vivir cotidiano que podemos afirmar que hemos de estar continuamente ojo avizor. En definitiva, aprender ya no es una actividad, es una actitud.