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La chaquetilla, la prenda favorita de Tamara Falcó

La diseñadora ganó «MasterChef 4» y convirtió al talent culinario en el programa más visto del día: superó los 5,4 millones de espectadores

Tamara Falcó, puro corazón en los fogones de Masterchef Celebrity
Tamara Falcó se convirtió el miércoles en la ganadora de la ediciónJ.J.GuillenEFE

Aún con la resaca de la victoria y de la posterior celebración en familia, Tamara Falcó recibió ayer a la Prensa con una tremenda sonrisa de alivio. Aunque jamás se lo habría imaginado, y pocos daban un duro por ella –ni en su casa, según confiesa–, la diseñadora luce ya su mejor «look»: la ansiada chaquetilla que la reconoce como ganadora de «MasterChef Celibrity 4». Uno de los mayores retos de su vida para el que se inspiró en Miguel Ángel Múñoz, ganador de la primera edición. «Él entró como yo, sin saber freír un huevo, así que entré con actitud de ‘‘¡sí, se puede!’’», dijo entre risas.

Después de tres meses de verdadera lucha entre fogones, el miércoles vimos cómo la hija de Isabel Preysler se alzaba con el premio y confesó a LA RAZÓN qué ha sido lo más duro para llegar hasta él: «La hostelería es muy dura y exigente. Requiere de mucho cuidado y mimo, sobre todo la alta cocina, para la que hay que ser muy perfeccionista. Eso, sumado a que estás en un concurso en el que te llevan al límite, lo realmente complicado es encontrar el equilibrio». Pero lo realmente difícil debería haber sido guardar el secreto de su victoria para esperar a su emisión: «Lo he llevado bien, aunque me preguntaban sin parar, porque me hacía ilusión el trabajo que habíamos realizado. Hubiese sido como contar a alguien el final de un libro o una película», asegura.

Una final que estuvo cargada de emociones y que reflejó su gran evolución durante el concurso, teniendo en cuenta que su único contacto con la cocina antes de «MasterChef» había sido sólo para ir a por agua. La diseñadora brilló por encima de su máximo contrincante, el actor Félix Gómez, con un espectacular menú que tenía a su familia como hilo conductor: de entrante y en homenaje a su madre preparó una ensalada que llamó «Miraflores», como la casa en la que viven, formada por una gelatina de tomate con mango y flores. En honor a su padre continuó con una parada en su casa de campo en Toledo, con un pichón a baja temperatura, aire de cacao y multiesféricos de maíz. «Me habría encantado rayar la trufa en el último momento, porque deberían haber simulado las plumas y me quedaron un poco “chof”», nos devela, «y hubiese sido perfecto haber tenido unos segundos extra para batir un poco más el aire para que tuviese más sabor». Para terminar, sirvió de postre una reinterpretación de la tarta de melocotón de su abuela materna a la que llamó «Lo dulce está dentro», ya que fue ella quien le enseñó el valor del alma.

Gran descubrimiento

Éste lo quiso coronar Jordi Cruz, que aprovechó el momento para reconocer que la diseñadora le había dado una pequeña lección admitiendo que tenía prejuicios ante ella y que se había convertido en un gran descubrimiento. «Es lo más bonito que me han dicho en mi vida. Que un chef como él admita ante toda España que tenía prejuicios y reconozca que me he esforzado… Fue precioso», nos confiesa. La diseñadora es consciente de que la imagen que la gente podía tener de ella podría haber cambiado a raíz del programa: «Ha sido muy bonito porque lo he ido viendo por las redes. He leído muchos comentarios aunque no es algo que no me influyó mucho porque desde pequeña he vivido en el ojo público», señala. El otro momentazo de la noche fue, sin duda, la aparición de Isabel Preysler junto a su pareja, Mario Vargas Llosa. «Cuando se lo pedí pensé que me diría un ”no” rotundo, pero había visto lo mucho que me había esforzado y me dijo… “Pues claro chiquitina”», reveló. A pesar de aborrecer la cocina, Preysler quiso mostrar su apoyo a su hija, con quien hasta ahora compartía la nula relación con la gastronomía. «Siempre me había gustado, pero no tenía necesidad de cocinar». Ahora, con el premio bajo el brazo y un curso en el Basque Culinary Center, Falcó lo tiene claro: «La gastronomía tiene ahora un espacio fundamental en mi vida».

Récord de temporada

La final del concurso fue el programa más visto del miércoles, logró el minuto de oro y superó los 5,4 millones de contactos en La 1. La media de audiencia en esta cuarta edición es de casi 2,4 millones, que asciende a más de un 2,8 al sumar el diferido.