Toros

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Andy Cartagena fue el gran triunfador del festejo final de la feria de Hogueras

El rejoneador Andy Cartagena sale a hombros/Efe
El rejoneador Andy Cartagena sale a hombros/Efelarazon

Alicante, 29 de junio. Quinta y última de feria. Media entrada.

Toros de David Ribeiro Telles, bien presentados y de, en general, buen juego.

Andy Cartagena, rejonazo, oreja con petición de otra; rejón, dos orejas.

Joao Telles, rejón y descabello pie a tierra, vuelta al ruedo; pinchazo y pinchazo, oreja.

Lea Vicens, rejonazo trasero, ovación; tres pinchazos y rejonazo, oreja.

Se abrochó la feria de Hogueras con una corrida d rejones aprovechando la tradición festiva en Alicante del día de San Pedro y San Pablo. Y en tarde de caballos, la primera ovación fue para las monturas de los alguacilillos, que lucieron cabalgaduras nuevas muy del gusto de la concurrencia.

También en este festejo debutaba en Alicante la ganadería portuguesa de David Ribeiro Telles, cuyo primer ejemplar se hizo de rogar para salir al ruedo. Ya en la arena fue acometedor y codicioso, permitiendo que Andy Cartagena brillase en una actuación vistosa, alegre y medida, sobre todo cuando banderilleó con el apaloosa “Picasso”, asimismo muy aplaudido por el respetable. Mató de un rejonazo fulminante que tiró al toro sin puntilla y se antoja corto el premio de una sola oreja.

Protestó y manseó de salida el cuarto, aunque luego fue a más, lo que aprovechó el de Benidorm para cumplir otra labor de rápida conexión popular y muy espectacular, en la que sus levadas y un par a dos manos sin cabezada fueron sus principales reclamos para conseguir, una vez más, salir a hombros en esta feria.

Y como la ganadería, se presentó en esta plaza Joao Telles, que paró con sobriedad y elegancia al segundo, el más voluminoso del encierro y que acabó acusando el peso conforme avanzaba su lidia. Quebró con espectacularidad para banderillear y galopó con suficiencia a dos pistas mientras su oponente tuvo fuelle, teniendo entonces que dejar llegar mucho y arriesgar más.

Con el más distraído quinto volvió a lucir su monta y gran sentido de la lidia, rejoneando de manera clásica y seria, citando de lejos y de frente, dando el pecho y quebrando siempre en un palmo de terreno, teniendo, además, que tirar siempre de un toro que acabó a la contra.

Necesitó el tercero el estímulo del primer rejón de castigo para espabilar, aunque su comportamiento fue en conjunto bastante desigual y no siempre colaborador ni manejable, apretando hacia adentro y cuando sentía los hierros, obligando a Lea Vicens a una faena de no poca concentración en la que arriesgó lo suyo, clavando con facilidad y arriba.

Tiró de voluntad y ganas de triunfo en su segundo turno y aunque hubo algunos desajustes y pasadas en falso su labor fue a más, volviendo a dejar llegar mucho y asumir no poco compromiso, haciéndolo todo ella ante un animal que acabó agotado y al que mató mal