Toros

Albacete

Caridad a la primera

Miguel Ángel Perera sale a hombros tras matar seis toros en solitario en Albacete

Miguel Ángel Perera da un pase de capote en la tradicional corrida de Asprona en Albacete
Miguel Ángel Perera da un pase de capote en la tradicional corrida de Asprona en Albacetelarazon

Miguel Ángel Perera sale a hombros tras matar seis toros en solitario en Albacete

- Corrida de Asprona. Albacete.

Tres toros de Garcigrande, tercero, cuarto y quinto, dos de Fuente Ymbro, primero y sexto, y uno, segundo, de Las Ramblas. Conjunto desigual de presencia pero manejable.

- Miguel Ángel Perera, que actuó en solitario, de celeste y oro, entera, oreja; entera y dos descabellos, ovación; dos pinchazos y descabello, ovación; pinchazo y estocada, oreja; entera, ovación; estocada y descabello, oreja

- De las cuadrillas destacaron Javier Ambel, Curro Javier y Javier Perea.

Por primera vez en sus cuarenta y cuatro años de historia, la tradicional corrida en interés de Asprona –institución benéfica que cuida de niños y jóvenes con problemas de deficiencia psíquica, muy querida en Albacete– tuvo como protagonista a un único diestro. Un torero, Miguel Ángel Perera, que actuó también movido por ese espíritu de ayuda y servicio que deben tener este tipo de funciones, toreando de manera completamente desinteresada y altruista, derrochando ganas en un esfuerzo que saldó de manera positiva y logrando su segundo objetivo: salir a hombros, si bien sin apoteosis ni clamor popular. El primero, una gran recaudación que ayude a cumplir los objetivos de este admirable centro, quedó lejos al no llenarse la plaza sino en poco más de la mitad de su aforo.

El torero extremeño se enfrentó en este reto a toros de tres ganaderías distintas si bien de un mismo encaste, Domecq, por supuesto. Fue un conjunto de desigual presencia, cosa lógica al ser tres ganaderías bien distintas entre sí, pero de similar condición y parecidas prestaciones. Los de Garcigrande fueron los de más romana y volumen y los de Fuente Ymbro puede que los que más motor sacaron. El único toro lidiado de Las Ramblas duró menos de lo que se hubiese deseado. El otro ejemplar de esta ganadería fue devuelto por falta de fuerza tras el primer par de banderillas.

La función comenzó de manera esperanzadora y tras ser arrastrado el primero, Perera ya paseaba la primera oreja por un trasteo que, como el toro, fue a más. Todo hacía indicar que la tarde sería de gloria y triunfo grande. Pero la cosa se empezó a torcer al necesitar dos golpes de verduguillo para acabar con el segundo, entregado y repetidor hasta que le respondieron las fuerzas. Tampoco hubo premio con el tercero, al que le costó fijar en el capote y con el que, pese a que tiró de valor y buscó el rédito de la emoción, no acabó de aclararse con la muleta y si por el pitón derecho hubo series bien dibujadas, templadas y a compás, al natural consintió demasiados enganchones y hubo bastante menos limpieza.

La puerta grande se conquistó, por fin, con el sobrero que hizo cuarto. Un astado también de Garcigrande, cornalón y con mucha plaza, que blandeó de salida pero se fue arriba poco a poco. La respuesta de su matador también tardó en llegar, dejando en el último tramo una gran tanda de naturales y pese a que el estoque cayó trasero y un punto caído la gente le pidió y consiguió esa segunda oreja necesaria para salir a hombros.

Se lo pensó mucho con el buen quinto, el que más y mejor peleó en el caballo y que tuvo afán embestidor y celo, sin que al final hubiese acoplamiento entre las partes, redondeando la tarde con una faena de mucha entrega y exposición a un astado de Fuente Ymbro repetidor y con fijeza mientras tuvo fuelle y gas, recurriendo después al arrimón.