Francia

Dos toros y dos grandes toreros

Manuel Escribano, corneado en el gemelo, y Juan Leal pasean una oreja en la segunda de la Vendimia

Escribano, con la cornada en el gemelo derecho, trata de zafarse entre los pitones del astado de El Torero
Escribano, con la cornada en el gemelo derecho, trata de zafarse entre los pitones del astado de El Torerolarazon

En el Coliseo Romano de Nimes. Segunda de la Feria de la Vendimia. Se lidiaron seis toros de El Torero, bien presentados y en conjunto manejables. Un tercio de entrada.

Manuel Escribano, de azul turquesa y oro, más de media, dos descabellos, aviso (saludos); dos estocadas, aviso, segundo aviso (oreja). Saúl Jiménez Fortes, de catafalco y plata, estocada casi entera (silencio); estocada entera, descabello, aviso (silencio). Juan Leal, de azul celeste y oro, dos pinchazos, estocada entera caída (silencio); estocada, dos descabellos, aviso (oreja).

Parte médico de Manuel Escribano: «Herida por asta de toro de 7 centímetros en el tercio inferior del gemelo derecho, que no afecta a vasos importantes ni provoca destrozos musculares».

Manuel Escribano se sobrepuso ayer a dos volteretas y una cornada en el gemelo derecho para salir en el sexto, tras correrse turno, y arrancar una valiosa oreja del sexto de El Torero en la segunda de la Feria de la Vendimia de Nimes (Francia), donde el local Juan Leal también paseó otro trofeo merced a su valor seco en la lidia del tercero.

Escribano fue herido en el gemelo por el que abrió plaza, un noble animal al que inició de rodillas una entonada labor en la que sobresalieron sus templadas series en redondo, para concluir con una tanda de manoletinas. Salió de la enfermería, donde había sido atendido de la cornada mientras se corrió turno, para enfrentarse en sexto lugar al segundo de sus adversarios. Un gran toro al que esperó de nuevo a portagayola, comenzando su faena con un pase cambiado y concluyendo con otra tanda de manoletinas. Fue una faena muy importante. Tuvo mando, temple, poderío y mucha verdad. Fue reconocida con un trofeo.

La otra oreja del festejo la paseó el francés Juan Leal, a quien correspondió en suerte otro gran toro que hizo quinto, al haberse corrido turno. Con él se lució en un quite por saltilleras. Comenzó su faena con unos pase cambiados. Faena muy digna del torero de Arles en la que destacaron sus series ejecutadas con la diestra.

Antes, ante el tercero, Leal se había lucido en un quite por tafalleras ante un toro que, aunque se dejó, embistió con cierta aspereza. Trasteo que, en su conjunto, se vio emborronado con la espada.

Completaba la terna Jiménez Fortes, que se fue de vacío. Su primero fue un toro noblón y sosote que aunque dejó estar a gusto al torero, no permitió que su labor tomase vuelos. A su segundo, le faltó algo de fuerza. Se lució en un quite por gaoneras. El toro repitió y se desplazó, pero apenas si humilló, yendo su labor de más a menos.